En nuestra villa se han instalado imprentas desde las más lejanas épocas. Nos cuentan testigos o parientes de aquellos, que el desarrollo floreciente tomó impulso a partir de los llamados a principios del siglo XX “semiimpresos”.
Empresas editoras importantes facilitaban a las menores, casi siempre pequeños talleres, páginas, diez o más, impresas de un solo lado con publicidad mas fotos y otras filigranas imposibles para sus modestos medios. Tenían el otro lado para volcar la información local y la difusión comercial de su clientela. El resultado era atractivo, deseable para el lector, con la ventaja de abaratar el papel hasta en un 50% por la misma disponibilidad que el otro en blanco (caro de por sí).
De ese incentivo a la pequeña industria, derivó el desarrollo de algunos que lo aprovecharon bien, pertrecharon sus talleres con lo último en maquinaria y hasta lograron de manera directa encargos importantes de firmas hoy de renombre.
De 1925 es el ejemplo, se trata de una compañía de chocolates que eligió Cimera para la impresión de miles de librillos que acompañarían en un mismo plano de importancia las cajas de sus delicias. Una idea excelente.
Chocolates y lectura, conjunción placentera de todo tiempo y lugar.
Pasen y vean.
¡Felicidades en su día a todos nuestros numerosos amigos!
La comisión de fomento.
¡Qué maravillosa la creatividad de antepasados!¡ Cuanto camino abrieron! Y, ¡cuántos de esos caminos hemos cerrado!, dejando que otros piensen por uno
ResponderEliminarEsta cosa bonita de chocolate y lectura, me remonta a los años de secundaria, donde existía una importante apreciación por las cooperativas, aunar esfuerzos e ideas para el bien común. Recuerdo que en mi primer año de Facultad (carrera de contador – no existía la “a”). Una de las materias era Cooperativas, y la otra blanqueo de capitales y vaciamientos de empresas (ética, honor, amor a la empresa y al país)… ¿dónde quedaron? …¿Convenía el olvido?... Por la impunidad, digo.
Mirá donde me llevó este bendito museo
Me encantooooo. Gracias
Besos
PD: Sobre Cap. 1 y 2...lo pensé, pero pienso que se haría muy largo el cuento, igual, la idea está. Gracias
¡Qué mejor regalo, Randos!!! Vos tenés esos libros? ¡Son "inéditos" diría Fina! Un cuento que cualquier día de éstos cuelgo aquí porque Villa Cimera necesita una Fina...
ResponderEliminar"COn harinas no hay buen chocolate", frase lapidaria para varios de los cacaos que hay en el mercado, jajaja!!!
Me encanta este museo, me pinta una sonrisa. Gracias!
Me encanta Randós y además me gustó mucho tu texto. Me imaginé leyendo un libro con el submarino a mi lado que se derretía y teñía el blanco de leche de una manera tan especial que se me hizo agua a la boca!
ResponderEliminarGracias Randós.
Cariños y Feliz día para vos también
Gra
¡Excelente idea la del Museo, Randos! Gracias por compartir esos retazos del pasado de VC :)
ResponderEliminarGreis
Inisto: qué buen material el de este museo! Sin duda que la comisión de fomento ha sabido hacer un buen trabajo. :)
ResponderEliminarme parecía que faltaba algo importante en este pueblo y tu ingenio lo descubrió para delicia de todos los cimereños- felicitaciones
ResponderEliminarteresita
¡Impresionante!Cualquier cantidad de público interesado ha de visitar el museo, obvio: ¡el organizador, museólogo y comentarista es un profesional!
ResponderEliminarMe encanta, Randos.
Cariños,
Ale