Ana Art supo que no podría bajar la escalinata de los tribunales. Las piernas le temblaban, incontrolables. Se apoyó en la columna cercana intentando sostenerse. Palabras sueltas se agolpaban en su mente como menhires funerarios: “¡Apelaremos! ¡Inocente! ¡No hay pruebas suficientes! ¡Su testimonio no es contundente! ¡Asesino!! ¡Asesino! ...”. Tecnicismos declararon inocente al asesino de sus dos hijos. La justicia no la había vengado. Ella si lo haría. Acarició el arma dentro de su cartera. Imaginó empuñarla. Apretar el gatillo. Se juró que él no bajaría esas escaleras
El suelo se desnivelaba bajo sus pies, se alejaba. Se arquearon hacia atrás el cuello y los hombros en un desmesurado tirón interno. Intentó tomar aire de una sola bocanada. Recordó lo que alguna vez, alguien dijo, “la mayoría de los días del año son intrascendentes”. Escupió la idea con una maldición. Siete años llevaba su lucha. Dos mil quinientos cincuenta y cinco días de odio y dolor. Dos mil quinientos cincuenta y cinco días planeando venganza, matándolo de mil formas. Ese asesino había deshecho su futuro y el de su descendencia. En los pulmones tenía más aire del que pudo exhalar.
–Señora, Señora ¿Se siente mal? –dijo el hombre
Abrió los ojos como platos y tosió, tosió, tosió. Entre espasmos de tos intentó incorporarse.
–Tranquila Ana, Todo está bien.
– ¿Dónde estoy?
– En la clínica Futuro. Está en buenas manos ¿Cómo se siente?
No contestó. No sabía, El mundo comenzaba a reaparecer lento, muy lento, lentísimamente, en blancos brillantes y luces cegadoras y, después de tal vez un minuto, se estabilizó en una especie de equilibrio tembloroso.
– Soy el Doctor Alan Edgge, director de esta clínica de reposo–Señalando dos personas que estaban a su lado – Y, este es mi equipo: La Doctora Pasman y el Doctor Rías. Quienes hicieron una pequeña reverencia
– ¿Qué sucedió? ¿Quién me trajo aquí? –Preguntó incómoda mientras intentaba recordar algo de lo sucedido
–La persona que la trajo aquí, dijo que en su cartera encontró mi tarjeta con la dirección de la clínica
–Pero, yo no lo conozco ¡No estoy loca! –expresó confundida
– Tranquila Ana. Aquí la ayudaremos. Sabemos lo que le sucede y, si usted está de acuerdo con nuestros métodos, lograremos aliviarla. Ahora descanse. Mañana hablaremos
–Pero…
–Pero nada, mañana hablaremos–. Afirmó el médico, retirándose con su equipo.
Cerca de la habitación de Ana, en el austero despacho del doctor Alan Edgge, un hombre sirve dos vasos de whisky. Entrega uno a Edgge, y se deja caer en el sillón frente al escritorio
– Alan, ¿crees que aceptará?–indagó el desconocido después de sorber un trago de la bebida
–Estoy seguro. En quince o veinte días sabremos la respuesta. Tú sabes que mi métodos no son para nada ortodoxos, pero si efectivos en casi un 90%.
–Lo sé. Solo que a veces…
– ¿A veces qué?, Ramiro… ¿Tenía un arma, verdad?–preguntó Edgge tomando el portarretrato de su escritorio y, acarició con el dedo índice el vidrio que separaba la foto familiar de su mano
–No, nada. No hagas caso…si no hubiese estado allí…Me preocupa lo otro. El caso ha tomado estado público. El abogado anda denunciando por canales de teve su desaparición, Ana no ha firmado el pedido de apelación
–Ese estúpido. Corre la voz de que Ana está en una casa de reposo por lo sucedido, sin dar nombre. El ineficaz se va a guardar, no le conviene exponerse demasiado. Corre el riesgo de quedar como mentiroso si sigue abriendo la boca
Resumen:
ResponderEliminarEn el cap.1,un pequeño prólogo habla de Ana Art ingresando a una cápsula, nombrando a Boudica.
Boudica se encuentra en un territorio desconocido cumpliendo una misión. Nadie sabe que esa misión es la de destruir seres luminosos. Es ayudada por Dion y Amatista, gemelos isómeros, quienes con el transcurso del tiempo se van “infectando” por esos seres de luz e intentan frustrar la misión
Sí, recuerdo el prólogo. Y cada vez estoy más mareada, jaja! Ahora quiero saber qué pasa con las dos historias!
ResponderEliminarGreis
Ja, ja, ja
ResponderEliminarGreis, prometo terminarlo en el próximo cap.
Un beso
Hmm! Flashbacks, "flashwards"... un equipo médico con procedimientos non sancti, y una madre con sed de venganza. Se va armando y sigue manteniéndome el interés bien despierto. ;)
ResponderEliminarGran cuento gran!!! Lilian, me has dejado en ascuas, con una tercera parte con descripciones que maravillan. No veo la hora de leer lo que sigue para ver como se entrelazan las partes. Y después...lo leo todo de corrido para disfrutarlo el doble!
ResponderEliminarFelicitacionesssss!!!
Besotes
Muy bueno.Tomá por si te sirve que podés en alguna entrada dedicarte in extenso a algunos detalles del mundo de los 2 primeros capítulos y de este que funcionan como una ayuda para que los contornos se vayan afianzando;como subrelatos interesantes.
ResponderEliminarMil cosas pueden seguir apareciendo.
Va muy bien,te felicito.
Gran cuento LILIAN! Estamos en ascuas. Recién lo pude leer y me suena a JUSTICIA E IMPUNIDAD!
ResponderEliminarMe gusta cada vez más!
Besos
Gra
PS: recibiste mi email?
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLILIAN hoy pude recien leer detenidamente el capitulo y realmente creo es un lindo relato. Extendete, seguí, porque da para mucho, abusá de la fantasía y arma una historia con todos los vericuetos que puedas, porque el lector a medida que te lee viaja, percibe, siente, revive (esa sensación de retorno luego del desmayo, muy bien descripta!). Lilian con todo cariño y respeto, por último, si mal no me fijé vos dijiste en un primer cap. que si vieramos algo para señalarte lo hiciéramos. Me gustaría hacer un señalamiento y si alguien cree lo contrario no me ofendo, todo sea por ver florecer las virtudes que encierra este cuento. La justicia, su fin, no es vengar. Sino que se la considera básicamente "distributiva", o sea, su lema: a cada uno lo suyo. Quiere decir que concebirla en términos de venganza sería algo no preciso. Aunque, en la realidad los resultados puedan verse "discutibles". Podría decirse ...la justicia no alcanzó (para ella, ni para muchos) y ella se decidió por "vengarlos". Un cariño, un beso grande. FELIZ DIA PARA LOS QUE NOS SENTIMOS AMIGOS AQUI, un día despues, pero sentido de mi parte.
ResponderEliminarGracias Marcelo
ResponderEliminarQué lindas palabras, para mí
Sobre justicia: elegí esa expresión “la justicia no la había vengado”, porque en definitiva, Ana solo quiere venganza y, la justicia , era meramente o simplemente un instrumento más para conseguir cumplir su objetivo. Puede que no se lea así, revisaré.
Un abrazo
Lilian, edité tu comentario donde pones tu dirección de mail para que no quede publicada. Seguramente Alejandro ya tomó nota y si no, Ale, mandame un mail y te la envío.
ResponderEliminarGreis
Lilian, no pude editar tu comentario, te sugiero que lo edites vos, borrando la dirección de mail.
ResponderEliminarGreis