martes, 12 de julio de 2011

CINISMO




Hasta hoy no te conocía. Lo usaste a él para mostrarte.

La mañana amanece fría y gris. La lluvia pega con fuerza en la ventana del dormitorio.
Siempre me asustaron los relámpagos, recuerdo que de chica me acurrucaba en los brazos de papá tapándome los oídos.
Ahora busco protección en el cuerpo de mi hombre que me lo presta por un rato sin dármelo.
Ya estás ahí.

-No te vayas Germán, quedate conmigo.
-Sabés que es imposible. Comenzamos con el balance.

-Está bien. ¿Volvés temprano?

Allí estás otra vez. Te descubro y no me gusta. En esa respuesta inventada, en las manos de Germán cuando pasan por mi pelo en una caricia regalada, en la humedad de su boca cuando deja un beso en la mía con desgano y... sonríe.

Te vi y no pude hacer nada. Estabas instalado, cómodo y relajado. Supe que no te irías, supe además que con sorna te quitarías la máscara que te ocultaba y te revelarías para mí. ¡Exhibicionista!

No lo puedo soportar, no en Germán, lo amo demasiado para verte en él cada día, cada hora. ¡Maldito!...

Te lo dejo. La debilidad de hoy al alejarme, se convertirá en la fuerza de mañana para negarte.



4 comentarios:

  1. Ay! Iris, qué terrible ese cinismo insoportable y que tan bien mostraste en este cuento. Gracias.
    Gra

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  2. El cinismo hace tanto daño como la mentira. Terrible lo que sugiere tu historia. Muy bien perfilada la mujer sufriente que abandona el juego. Un beso

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  3. Irita;
    El cinismo es un arma destructiva, que puede ser letal. Va carcomiendo de a poco y según sea el temperamento del destinatario, el mismo puede sufrir consecuencias impensables.
    No es este el caso.
    ¡Muy bien logrado!

    Beso,
    Ali, Nuri.

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  4. Perdón, estuve intentando unificar las etiquetas y parece que queda el cuento como recién publicado. Esta tenía "Cuento." con un punto al final, y al sacárselo aparentemente vuelve a publicarlo.
    Mis disculpas.
    Greis

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