Érase una vez, hace poco tiempo…
En el pequeño país de los trastos viejos “El Arcón”, se acomodó un nuevo vecino, Manuel, el ratón.
El vecindario se componía de “Romántica”, el vestido de novia que creyó en el amor. “Fracasado”, un frasco de vidrio vacío, quién suponía contener suspiros. “Brutus” un libro semiderruido que había perdido la tapa. “Gitana”, un disfraz de hada que en su mejor momento arrancó sonrisas a niños, y “Familiero” un desvencijado portarretrato familiar despojado de almuerzos y cenas.
Todos ellos, observaban admirados y asustados como Manuel espiaba por el ojito de la cerradura, paraba su colita - ¡no hay moros en la costa! - y, zig, zag, zig, velozmente se perdía volviendo con un rico pedazo de queso, mientras el gato peinado ronroneaba cerca haciendo su ronda.
Los trastos viejos, sucios y amarillentos, vivían quietecitos, en silencio por miedo a que los arrojen a la basura. Ni entre ellos hablaban.
Despacito, de a poquito, fueron acercándose a Manuel. Primero grandes partidas de truco. Luego, largas tertulias conmocionaban el pequeño país. Parecía que el silencio y la quietud habían quedados dormidos.
Manuel, que era amable y bondadoso compartía con ellos gran parte de su tiempo, pero la demanda de sus nuevos amigos era tanta que con el transcurso de los días, se dio cuenta que su zig, zag, zig ya no era tan veloz. El gato peinado se relamía gozoso tras su cola.
Decidió tomar distancia y entrenarse con tesón, hasta que su zig, zag, zig volviera. Además, en una de las salidas había conocido una ratona que quizás, quizás, hiciera cueva con ella. Dijo no a las invitaciones de sus amigos y trató de pasar el mayor tiempo posible sin hablarles, con la excusa amable de su entrenamiento.
Las tristes y pálidas caras de sus amigos que volvieron al silencio silencioso de la vida que alguna vez fue gloriosa y ahora no, lo hizo reflexionar.
– Ésta no es la solución. ¿Cómo ayudarlos? – pensó. Problema, que quizás para ellos no lo era pero, para él sí. En definitiva él era un simple ratón escurridizo, fisgón.
Manuel pensó y pensó y pensó.
En la mañana, espió por el ojillo de la cerradura, paró su colita y zig, zag, zig corrió en busca de queso. Se sentía tan liviano que hasta burla le hizo al gato peinado, robando pedacitos de torta en sus narices.
Al mediodía invitó a todos sus amigos a comer queso y torta, quería hablarles.
–Queridos amigos, pronto me iré de aquí, hay una ratoncita que me tiene del coco, pero antes de irme me gustaría que ustedes pierdan el miedo de ser arrojados. En definitiva todos tenemos algo en común, la búsqueda de felicidad. Al miedo hay que atravesarlo.
– ¿Cómo hacerlo? Ya no nos quieren – dijeron al unísono.
– ¿Que recuerdan de su pasado ?
– Bla, bla, ble, ble, bli, bli, ta, te, ti, cric, crac.
– ¡Por favor! ¡De a unoooo! ¡No los entiendo! Exclamó Manuel tapándose los oídos. Definan con una palabra.
– Amor y cuidado de nuestros dueños–- dijo Familiero.
– Si, si, siiiiiiiiii.–- gritaron todos.
– Bien, y ¿qué es lo último que recuerdan cuando fueron colocados aquí?
– Ahora es una estrella, o está en una estrella.- dijo Romántica.
– Si, si, siiiiiiiiii - dijeron los demás–-¡La culpa es de las estrellas!¡Odiamos a las estrellas! – volvieron a gritar.
Manuel no podía salir de su asombro, ¿culpar a las estrellas que eran tan hermosas...? Él recordaba que una vez había escuchado decir un padre a su hijo…” - Ahora tu abuela está en el cielo. ¿Ves esa esa estrella? Siempre estará contigo…. Pero lo hacía como un gran regalo indescriptible de amor a su hijo. Mmmmmmmmm, estrellas, recuerdos...
– Amigos, tengo la razón del porqué. Escuchen. La explicación está en Brutus. Ustedes saben que los ratones tenemos cerebro simple, pero muy buen instinto. Cuando estamos frente a Brutus, es imposible no leer su frase remarcada. “La culpa, querido Brutus, no es de nuestras estrellas, sino nuestra”. Significa que la mano que lo colocó aquí, lo hizo para resguardarlo, y le pide disculpas por no haberlo cuidado lo suficiente. De la misma manera, a todos ustedes. Además, en una de mis tantas salidas, leí grabado en el techo del Arcón la palabra "Recuerdos" .Significa que ustedes tienen un título que deben respetar. Y hacer honor. Aquí no hay desamor, hay muchísimo amor de quienes los guardaron.
Manuel ya no está con ellos, cada tanto los va a visitar con su prole. La vida en el Arcón ha cambiado, hay días de recuerdos, de compartir experiencias. Gitana canta cuentos. Romántica aprende a bordar. Brutus enseña teatro. Familiero cuenta anécdotas y el frasco Fracasado, se ocupa de recoger sonrisas.
Ahhhhh, olvidaba, cada uno de ellos ha hecho un lugarcito para nuevos recuerdos.
Sahakespeare encontró una explicación al destino de las personas y dijo en "Julio Cesar" algo parecido a lo que le sucedía aquí a estos seres. Tendremos que ser realistas Lulú, cada uno es lo que es (y anda siempre con lo puesto). Y nunca es triste la verdad ...lo que no tiene es remedio. GRACIAS! Fue creativo.
ResponderEliminarUh! otra vez!! equivoqué Lili por Lulú... Soryyyy!! GRACIAS LILIAN!!
ResponderEliminarLapsus, Deleted. Y Te olvidaste de nombrar a JMSerrat.
ResponderEliminarLilian tu cuento es hermoso! Me encantó! Es una dulzura. Y eso que etoy triste porque Argentina perdió, pero me emocionó tu cuento.
Besos
Gra
Gód! ...no se como me crees tan idiota Sra Tórtora. No hago plagios. Se supone "que no lo tengo que poner todo" (archiconocida la frase). ...Ya te encontre el punto entonces? ¿Te vas a empezar a aparecer colgada en la cruz de Daniel? Bueno, dale (no es el espectáculo que quiero ofrecer aquí). No te persigas lectora. No he tenido un momento para escribirte en privado, pero lo estaba pensando hacer (a los fines de que veas que no te tengo entre cejas). Dame un par de dias para concentrarme y hablarte con "suavidad". Arrevoir (no es un autor eh).
ResponderEliminarJa, ja, ja
ResponderEliminarChicos halla paz
¿Se dan cuenta que se torean en mi casa? ),
Marcelo, yo confundo los nombres o los olvido. No hay problema
Graciela, te quiero
Ja, ja, ja.
Besos a los dos y Gracias por comentar, incentiva.
Ahora me voy al cumple de mi nuera
¡Hermosa historia, Lilian!
ResponderEliminarGreis
Es bellísimo, Lilian!!!!
ResponderEliminarY para mí un honor que hayan confundido nuestros nombres, jaja!!!
Ojalá pudiera escribir así!
Besotes
Dónde guardamos los recuerdos? En qué espacio (o canales físico-químicos) de la memoria? Los tiernos personajes de tu cuento "dicen" mucho de la identidad de los recuerdos y también de cómo se las tienen que arreglar para mantenerse al alcance de la memoria... sobre todo para una como la mía que suele sufrir profundas estaciones de amnesia :)))
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