Mariana, doctora en psiquiatría subió las escaleras sin encender las luces. Además cerró sus ojos. Quería descubrir, para su tesis, qué siente una persona subiendo escaleras a oscuras. Preparaba una tesis sobre el Síndrome de Pánico que puede ser disparado por el temor a quedar ciega.
¡Tía Irina! ¡Soy Mariana! -gritó bien fuerte para vencer la sordera de su tía.
Cuando abrió la puerta del altillo la vio sentada en su hamaca de doble rulo, mirando por la ventana hacia la calle Perú.
La anciana algo debe haber escuchado porque preguntó ¿Quien es?
-Soy Mariana -repìtió la joven y agregó -¿Qué hace sola en el altillo?.¿No tiene frío?
-Mi querida sobrina la soledad solo existe en la mente de cada uno -contestó Es muy abrigada esta mañanita que me tejí, che. Acá lo paso muy bien, mirando y recordando cosas de antaño.
¿Sabés que no recuerdo cuando retiraron el buzón rojo de la esquina?
-¡Ay Tía! La gente ya no escribe como antes -dijo Mariana -ahora todo es e-mail, chatear o celular.
-Mirá esta foto.
El papel brillante mostraba una joven apoyada en un auto Ford negro modelo 46 con la puerta abierta, que con su mano alzada ponía sombras a sus ojos.
-Es de tu madre cuando tenía 16 años.
-Parece mayor -dijo Mariana y preguntó -¿porqué tan blanca?
-Querida, a los 15 años ya éramos mayores y la moda era vernos blancas, blancas, como enfermas...
¿Bajamos? -preguntó la anciana -otro día volveremos, y te mostraré mas cosas ¿Quieres?
-Si, me encantaría.
Debo terminar mi tesis sobre el Síndrome del Altillo. Este es nuevo -pensó Mariana.
Buenísimo. Es una verdad ...la soledad solo existe en la mente de cada uno. Creo que Mariana encontro la respuesta para su tésis ahi en el altillo: ...el Sme de pánico deviene de "la inmadures en las ideas". No se si la vieja leyó a Platón, pero me pare que le dio la respuesta a Mariana. Exquisites pisciana.
ResponderEliminarExcelente. Probar el síndrome del pánico de esa manera me parece buenísima. Me encantó.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Gra
Hola Jorge. No sé si entendí bien a dónde vas con el texto (al altillo? :) ), pero me dejaste pensando en la ceguera, y no la patológica, sino la psíquica: ésa que no nos deja ver nada, ni lo esencial aunque nos esté abofeteando la consciencia.
ResponderEliminar¿El temor a quedar ciego puede llevar a no ver la realidad?
ResponderEliminarInteresante, Jorge!
Greis
Maravilloso relato. Muchas veces hay que intentar no ver, para ver. ¡ Y qué miedo da!¡ Cuánto más se ve!
ResponderEliminarUn abrazo