Hoy nos sorprendió una escalofriante noticia, el mundo se paralizó de terror y angustia ante lo ocurrido en Japón y las consecuencias que desató el increíble tsunami, para quienes hemos vivido desde siempre en provincias mediterráneas es inimaginable
Mi padre llego a este país en el año mil novecientos veintinueve, junto a un hermano se establecieron en el campo, en la zona de Quebracho Herrado. –
Lugar muy ligado a nuestra historia, allí se libró la batalla entre el ejercito del general Lavalle y el ejercito federal del general Uribe en el año mil ochocientos cuarenta, -Lavalle fue derrotado- era zona de montes de quebrachos- por eso el nombre-
No recuerdo el año exacto que ocurrió lo que hoy deseo recordar y que me fue contado tantas veces con angustias y asombro por lo raro y destructivo que fue lo acontecido-este sitio esta emplazado cerca de la ciudad de San Francisco en el centro-este de la provincia de Córdoba, justo en el limite con Santa Fe- para que se comprenda bien la magnitud de lo ocurrido digo que es un lugar donde no hay ríos y esta a mas de mil kilómetros del mar.
El campo pasaba por una mala época, sequías o tormentas de piedras arrasaban con las cosechas, los pobres labriegos pasaban una vida dura de trabajo y privaciones.
No existía la radio y los medios de comunicación eran muy lentos, la soledad y el aislamiento corría paralelo con la ignorancia colectiva, prácticamente no había escuelas, es casi imposible hoy imaginar una vida de esa naturaleza.
El día se presentaba demasiado cálido y sofocante, el sol quemaba los pastos que asomaban entre la tierra reseca, las pocas gallinas y los demás animales buscaban la sombra de algún árbol o galpón,.
Del lado sur comenzó a elevarse una especie de cono oscuro que giraba y crecía de forma alarmante, nadie sabía de que se trataba, no atinaron a protegerse, miraban pasmados ese fenómeno, de pronto estuvo sobre sus campos y descargó una lluvia densa y salobre, pero el asombró llegó a los limites cuando vieron que no solo era agua lo que caía, eran peces de toda clase y tamaño, en un momento quedó todo inundado y lleno de peces muertos y durante dos o tres meses los que cayeron en zanjones llenos de agua sobrevivieron.
Jamás nadie dio una explicación, sobre el hecho, durante años en los boliches de campo, fue el tema favorito de conversación girando en torno a distintas anécdotas que cada uno vivió ese día.
Mi padre decía “El día que llovieron peces” y con la vista perdida en sus recuerdos y vivencias recomenzaba la historia- cómo tuvieron que poner a resguardo las gallinas y los perros en el techo de la casa, cuanto sufrieron en soledad el y su hermano, ya que eran jóvenes solteros, estaban lejos de su patria, y arruinados financieramente.
Hace algunos años se lo conté a mis nietos, a su vez lo comentaron con la maestra y la pobre mujer lo tomó a broma y dijo que eso era imposible y prácticamente se burló de la historia.
Me ofendí porqué estaba segura que era verdad, pero no tenía una explicación coherente para dar así que dimos por olvidado el asunto.
Pero hoy la desgracia del pueblo Nipón reverdeció la vieja historia y aunque parezca mentira alguna vez acá perdidos en la pampa gringa sufrimos un Tsunami que como no se conocía pasó como un fenómeno de la naturaleza.
No es un cuento, quería hacerlos participes de una historia verdadera que hoy me golpeó en el alma.-gracias Teresita
Sí, Teresita, lo que más me estremece es comprobar la indiferencia de la naturaleza pero luego me digo que es algo parecido a cuando pisamos hormigas, sin darnos cuenta, sin ser conscientes de toda la vida que se desarrolla bajo nuestros pies.
ResponderEliminarY en cuanto a lo que contaba tu padre, es cierto. He oído testimonios muy parecidos, con lluvia de ranas, en un caso, y de pájaros, en otro.
Un beso,
Celia,
Gracias Teresita.
ResponderEliminarA raíz de lo que nos has contado, busqué hoy en San Google, información sobre lluvia de peces. En realidad, confieso, las pocas veces que escuché algo similar, lo atribuí a designios bíblicos, o algo así, y ni siquiera me ocupé de intentar leer nada. Hoy, he visto varios informes y comentarios sobre hechos similares —peces, ranas, arañas,sin ir muy lejos hay un caso que se cita de lluvia de arañas en Salta, acontecido en el 2007, por ejemplo— en diferentes puntos del planeta, de norte a sur y de este a oeste y en distintos años. Te aseguro Tere, después de lo leído, no deja de resultarme increíblemente creíble. Está visto que la naturaleza, enigmática y misteriosa, manda. Siempre manda.
Un beso,
Adela
La naturaleza es tan agredida por la mano del hombre que a veces reacciona de manera innusitada. Me gustó mucho Teresita leer esta historia verdadera.
ResponderEliminarUn bf.
Iris.