la mañana
me deparó una mujer
entre sueños
y caricias
de su carne hice vida
y de su vientre
hice un mundo
recorrí campos
de camelias en flor
me saludaron las nomeolvides
las margaritas me contaron secretos
la flor de la magnolia
me dio su cuerpo
puro
níveo
albo
y fui feliz
y soy feliz
porque
volveré por la noche
cenaré vida sobre su cuerpo de hembra
y me olvidaré de la muerte
cuando ocurra
la otra muerte
la pequeña
José
José
Me gusta, me gusta, pero lo que más la novedad que sugiere, esa traslación de sentido. "La petite mort" (que ya no es una leyenda urbana, ja, ja, ja,) pasa a ser en este poema la "grande mort", y aquella otra, la presuntamente grande y decididamente definitiva, no es más que la "petite": la que ya no interesa...
ResponderEliminarTe felicito doblemente,
Un beso,
Celia,