viernes, 4 de marzo de 2011

FELISBERTO ANDA POR AHÍ




Felisberto anda por ahí, no sé bien dónde se oculta pero está. No hace falta que lo vea, lo intuyo, lo huelo, lo presiento.

Debe ser tímido, nunca ha consentido un encuentro frontal pero me ronda, vigila mis pasos, controla mis anhelos. Por momentos lo adivino a mis espaldas, como un ángel o un asesino misterioso otras veces me atisba desde la tela de araña que adorna aquel rincón.

Hemos alcanzado un mudo acuerdo: él se esconde y yo no lo busco pero aprendí a oler en el aire sus huellas invisibles y eso me apacigua; aunque esté sola con mi alma sola, Felisberto anda por ahí. Algunas veces se enreda en mi sombra o es su sombra la que se esquina en el vano de la puerta. Lo descubrí en la mancha de humedad que flota sobre el techo del living, apenas le veo el perfil y su cabellera enrulada se mece con la brisa. También lo delatan el olor del chocolate -que lo aventaja como un pregón- o el canto de algún grillo perdido en pleno invierno.

Felisberto es y no es, no puedo abrazarlo ni acariciar su piel pero me ayuda a elegir las naranjas más dulces, hace que los fósforos no se apaguen hasta que el horno haya encendido, sopla sinónimos en mi oreja, siempre tengo monedas para el colectivo y jamás he vuelto a destaparme por las noches. Las plantas del balcón crecen fuertes aunque me olvide de regarlas y cuando sopla el viento sur es Felisberto quien sostiene las maderas y evita el ruidoso entrechocar de la persiana que antes aseguraba mi pasaporte al insomnio.

Le dejo regalos que él nunca acepta: un bombón de café, una copa de vino, un cascabel y hasta una bufanda roja y blanca tejida con mis propias manos.

Se quedará en casa, lo sé, porque ambos nos necesitamos para ser. Tal vez por eso ya no me preocupa la soledad pues aunque no pueda verlo, Felisberto anda por ahí.

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12 comentarios:

  1. Rosario, tu Felisberto está conmigo desde mi niñez, pero tiene otro nombre -que me reservo- y otro aspecto. Yo no hubiera podido escribir sobre él con tanta precisión y claridad como lo hiciste vos.
    ¡Precioso tu cuento!
    Ale

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  2. Me ha encantado este cuento, luego de leerlo muchos podrán encontrarlo si lo buscan con el corazón.

    Suerte y éxito Rosario, lindísimo!

    Martha

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  3. Es increíble, el que está conmigo se ríe de mi poca paciencia y de mi léxico. Si pongo mantel limpio, seguro que a alguno se le cae un poco de salsa. Si estoy sola en casa y me meto en la ducha, seguro que suena el teléfono o me abre de golpe la puerta del baño. Si salgo sin paraguas se larga un chaparrón. Pero no concibo mi día sin él. Rosario, mucha suerte con este cuento en el concurso de la villa, es maravilloso, me alegra mucho encontrarte aquí.

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  4. ¿No será Hernández este Felisberto? Conozco una chica que hace unos años se llevó uno de sus libros para leer en la playa,se entusiasmó tanto que no se dió cuenta que llevaba algunas horas al sol.
    Sea quien sea el cuento es muy bueno.

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  5. ¡Hola, Rosario! Me alegra muchísimo leerte y más aún que participes en esta aventura con un cuento hecho de sueños... Pero no, no es así, no es un cuento hecho de sueños sino un cuento imposible de leer sin hacerlo propio. Has animado, insuflándole entidad, una sensación que a todos nos asalta. Imposible darle nombre; imposible también describirla-escribirla con tanto tino como lo has hecho, ¡te felicito!

    Un beso,

    Celia,

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  6. Hola Ro, qué bueno verte por estos lares amiga. Te extrañaba.
    Un personaje tu Felisberto que todos deberíamos tener, sólo hay que saber verlo. Pero está. Buen relato, bien escrito. Proyecta una gran ternura y deja bien marcada la esperanza de vida. Suerte.
    TQM. Un bf.


    Iris.

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  7. Cada uno con su cada cual, Rosario, un cuento fantástico y ese final...escrito con mucha ternura.
    Va a estar difícil la decisión, ¡esta Villa se ha venido con todo!
    Besos
    Lulú

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  8. creo que todos debemos buscar nuestro Filisberto, ¿ sera por eso que cuando estamos solos mantenemos largas conversaciones y no encontramos interlocutor? me gustó mucho tu idea.
    felicitaciones Teresita

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  9. Rosario, es entrañable la relación entre los dos personajes. ¿El amigo invisible de la niñez?, ¿el recuerdo difuso con nombre cambiado de algún gran amor adolescente? Debajo de la primera lectura, hay un mundo que se abre a diferentes interpretaciones.
    Todas se me presentan, hermosas.
    ¡Suerte en el Concurso!

    Beso,
    Ali Nuri.

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  10. El cuento es precioso Rosario. Me ha impactado que la protagonista lo haya bautizado, digo, con nombre propio y todo. Sustantivo propio y género masculino. Creo que esa particularidad dice mucho de la protagonista y de cuán alto despliega las alas. Me quedo pensando en la originalidad de este cuento amoroso.

    Un beso,
    Adela

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  11. De un fanático de Felisberto (al que se le ha perdido el apellido) a una fanática y más que eso. Muy bueno tu cuento. Un retrato de Felisberto y de una Rosario que lo siente casi sin leerlo.

    Un beso,

    José

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  12. Felisberto Hernández es un gran escritor uruguayo, disfruté mucho de sus cuentos porque las historias bien podrían haberme sido contadas por mis abuelos. Juro que esos personajes retorcidos me son familiares, existieron en la Montevideo de fin de siglo XIX o ppios del XX.
    Tal vez por eso usé ese nombre para el cuento que me ronda desde hace más de un año.
    Un abrazo para todos.

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