sábado, 20 de diciembre de 2014

¿FELICES FIESTAS?



En estos días hemos visto montones de campañas contra la pirotecnia, pero parece que nunca son suficientes. 

Los que tenemos mascotas sabemos lo que sufren los pobres bichos con un ruido que les afecta mucho más que a nosotros, porque tienen el oido mucho más sensible. Imaginá, por un momento, que estás caminando por la calle y las casas por las que pasan empiezan a explotar.

La confusión, la desesperación, el terror... Eso es lo que siente un animal que no entiende que "es un festejo inofensivo".

Y si los animales no te simpatizan, pensá en lo que puede sentir un bebé que se despierta por un petardazo. O un chico autista. Hay muchos humanos que también sufren los efectos de la pirotecnia, por no hablar de los quemados que se ven en la tele los 25 de diciembre y 1 de enero.

¿Es necesario? ¿Tan divertido es reventar los tímpanos del prójimo? Me encantan los fuegos artificiales, me emociona ver esos destellos en el cielo... pero si el precio es enloquecer a los que no entienden qué pasa, prefiero no pagarlo.

Que sea una verdadera Noche de Paz para todos.



 

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