martes, 31 de diciembre de 2013

¡FELIZ 2014!

Un deseo solidario para este año:
En septiembre comencé a colaborar con Médicos sin fronteras

Con $60 por mes se paga un kit de supervivencia para una persona. No es tanto para donar y es muchìsimo para ayudar.

Así que hoy comparto el saludo que me mandaron con ustedes... y si ustedes quieren compartir $60 por mes con ellos, sepan que estàn colaborando para salvar una vida. Abajo están los datos.

¡FELICES FIESTAS PARA TODOS! ¡Ojalá a fines del 2014 ya no sean necesarios los kits de supervivencia en ningún lugar del mundo.
Medicos sin fronteras en facebook

Medicos sin fronteras:
Carlos Pellegrini 589, Piso 11 - C. Aut de Bs. As. - 1009 - Argentina
Tel/Fax. 0810-222-6732 - info@msf.org.ar



domingo, 22 de diciembre de 2013

¡Feliz Navidad! (Y otras festividades)



Para estas fiestas, una antigua bendición irlandesa "all'uso nostro"

 Que tu mesa esté llena de comida
pero sin grasa ni colesterol,
que la bebida llene tu copa
y que no conduzcas si bebiste alcohol.
Que no te agobie el calor
del verano en estos días,
que recuerdes ser tolerante
y que no discutas con tu familia.
Y en la espera del Niño
que llegará en Navidad
te deseo todo un año
de amor y felicidad

(y si no eres cristiano,
que tengas feliz Janucá,
Día de Buda, Saturnalia, Yule,
Pancha Ganapati, Festivus, Hogswatch
o lo que sea que celebres)



martes, 17 de diciembre de 2013

Peregrino de la Medianoche, presentación en Buenos Aires

Amigos y amigas,
permítanme presentarles este libro cómodo,
ideal para regalar en estas fiestas 
o para leer  en vacaciones,  
con un tamaño apropiado para la cartera de la dama 
y el bolsillo del caballero.
 La cita es en "Paluchino café", Corrientes 1902, 
planta alta
(Ciudad de Buenos Aires)
el miércoles 18 de diciembre a las 19.00


El programa es:
  1. Presentación (Maximo Morales)
  2. La Posada de las Huellas Perdidas (Norma Escudero)
  3. Yo bailo al son de su música (Gustavo Fuentes)
  4. Peregrino de la medianoche (Erica D'Alessandro)

Pueden invitar a quien quieran, la entrada es libre y gratuita.
¡Allí los espero!

El señor del fondo, sí, ya le alcanzo 14 libros... ¿Algún otro interesado?



miércoles, 11 de diciembre de 2013

AVISO IMPORTANTE (Un poco de autobombo)


Amigos, a partir de la semana que viene mi libro de cuentos va a estar en los kioscos: en una primera etapa, en Capital y zona Norte del GBA, a partir del 2014, en todo el país.

También se podrá comprar por facebook, en el sitio de la Editorial Tirnanog

¡Quería compartir esta alegría con ustedes!

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Le creyó



“Puedes atraparme, le dijo el viento,
y él le creyó.
“Anidaré entre tus dedos”, le dijo el agua,
y él le creyó.
“Detendré mi paso para ti”, le dijo el tiempo,
y él le creyó.
“No te quemaré”, le dijo el fuego,
y él le creyó.
“Soy luz”, dijo la sombra,
y él le creyó.
“…”, le dijo ella,
y él le creyó

sábado, 23 de noviembre de 2013

20 de noviembre - Dia de la Soberanìa Argentina


El Combate de la Vuelta de Obligado fue el 20 de noviembre de 1845. Las flotas inglesas y francesas venían desde Uruguay por el Paraná, reclamándole a Rosas la libre navegación de los ríos argentinos. Con el puerto de Buenos Aires bloqueado.
Una flota de un considerable número de barcos mercantes norteamericanos, sardos, hamburgueses y dinamarqueses, además de ingleses y franceses, protegidos por cañones, zarpa desde lo que hoy es Ibicuy (Uruguay). 
Rosas le encomienda a Mansilla que defienda el río y Mansilla los espera en la Vuelta de Obligado, cerca de San Pedro, con 24 buques y cadenas que cruzan de una margen a otra las aguas. 

A las 8.30 horas se inicia el avance, y Mansilla proclama a sus hombres: “¡Allá los tenéis! Considerad el insulto que hacen a la soberanía de nuestra patria al navegar, sin más título que la fuerza, las aguas de un río que corre por el territorio de nuestro país. Pero no lo conseguirán impunemente. ¡Tremola en el Paraná el pabellón azul y blanco y debemos morir todos antes que verlo bajar de donde flamea!”.


Cuando la munición de los defensores se terminó, al callarse las baterías, recién entonces se atrevieron los enemigos a realizar la operación de desembarco. Hotham, mediante señales, pide apoyo a Trehouart. A las 17.50 los 325 infantes de marina de Sullivan llegan a tierra cerca del amarradero de la cadena. Los defensores los esperan con una carga al arma blanca. Sin embargo, la metralla enemiga, unida a los cohetes a la “Congreve” de los anglo-franceses, diezman a la infantería argentina. Pese a ello, los ingleses son arrollados y corridos hasta sus botes. Mansilla cae herido por un casco de metralla. Lo sustituye el coronel Francisco Crespo, que sostiene el contraataque. Desembarcan franceses de la “Expeditive” y la “Procide” en apoyo de los ingleses. A las 20.00 horas, Crespo se repliega a las barrancas. Obligado ha caído. Los únicos prisioneros son los heridos graves que recogen los ingleses y franceses para llevarlos a bordo. 

            Las bajas argentinas son numerosas por el heroísmo demostrado en la defensa de la posición: 250 muertos y 400 heridos. El agresor, por su parte, tiene 26 muertos y 86 heridos, y las averías causadas a sus buques obligan a la escuadra a permanecer cuarenta días en Obligado, a fin de realizar las reparaciones de mayor urgencia. 

             Crespo, con los sobrevivientes, acampa a dos leguas al norte, sobre el camino a San Nicolás. Los invasores vuelven a sus buques, dejando centinelas en las ruinas de las baterías, sembradas de cadáveres. A la mañana siguiente, los vencedores examinan los 21 cañones de las baterías caídos en su poder. Ninguno es aprovechable: algunos son clavados, otros arrojados al agua, y los más viejos, los de bronce, llevados como trofeos curiosos.  

            Luego de apoderarse de algunas banderas mercantes, ordenan prender fuego a todos los buques que conformaban la línea de atajo. Estas banderas no pueden considerarse como trofeos de guerra. “No eran sino unas insignificantes telas -dirá Baldomero García en la Sala de Representantes de Buenos Aires, en 1848- pues la única bandera de guerra que flameaba en las costa de Obligado, la bandera de la explanada, la bandera de mi patria, nunca fue rendida sino hecha pedazos”.

No obstante, de poco serviría la victoria: No pudieron vender sus mercancìas, no recibieron refuerzos y se tuvieron que volver. Como dice la canciòn... "Venirse al cuete":

(Más informaciòn en Combate de la Vuelta de Obligado )


sábado, 16 de noviembre de 2013

Hombre niebla


Se arrebujó en el viejo impermeable gris intentando una escapatoria de la llovizna otoñal y de la noche que buscaba un pobre contraste en los faroles que más se parecían a faros fantasmales cuyas frías luces mortecinas sólo conseguían acentuar las sombras de los muelles desiertos de calles adoquinadas que ya nadie gastaba. Lejos, muy lejos, sonó la profunda voz de una sirena.
Una sola vez. Un lamento que se extravió en las turbias aguas del río.

   Quisiera que este tango no acabara nunca, Edmundo –la caricia de su acento francés y un perfume delicado completaban la magia que envolvía la delgada figura de la bailarina. La abrazó con la fuerza sensual de la danza.
   —Quedate conmigo, Ivonne. Buenos Aires es nuestro. ¡Carlitos canta el sábado que viene en el Armenonville! Quedémonos para siempre. Los dos.

  Hurgó en sus bolsillos procurando un cigarrillo que no encontró. Más allá, sombras en las sombras, estaban los barcos. Algunos aún se mantenían a flote, sin resignarse a una suerte que ya estaba echada. La niebla se levantaba desdibujando los contornos de las naves huérfanas de horizontes.

   —Au revoir, Edmundo. Fue maravilloso. Siempre, siempre te voy a recordar. Siempre.
    Una gaviota perdida, su pañuelo en el adiós del barco.

    Caminó lentamente, sumergido en las tinieblas de esa atmósfera irreal que olía a óxido, petróleo y podredumbre.

    —¡Vamos, Edmundo! Recibamos el treinta como se merece ¡Esas polacas están ansiosas por festejar y divertirse!
     —Bajen ustedes, muchachos. Después voy.
Los fuegos artificiales iluminan la medianoche festiva de una joven y pujante Comodoro Rivadavia que se recuesta en las colinas terrosas que dan al oeste.

      Amagó un saludo a un guardia apostado a pocos metros, pero éste parecía no ver más allá de sus propios y recónditos pensamientos. Sintió la tentación de pedirle un cigarro pero se contuvo (uno nunca sabe como va a reaccionar un uniformado).

    —No va más. Edmundo. La Compañía quebró, nuestro buque no volverá a zarpar. Dicen que las reparaciones son muy costosas, así que lo van a dejar anclado en el Riachuelo. Los jóvenes seguramente encontrarán otro trabajo, pero nosotros…

      Ivonne…Ivonne…
      La niebla es una mortaja. Chirridos de hierros movidos por un viento impiadoso.
     La silueta de un carguero sujetado por una gruesa y carcomida cadena se dibuja como un muro oscuro. Letras incompletas recuerdan el nombre que alguna vez fue.      Ecos del pasado recorren los pasillos derruidos. Murmullos apagados que se arrastran y golpean las paredes herrumbradas.
       Un hombre cubierto con un impermeable gris observa desde la cubierta.
       Ivonne…Ivonne…
       Un hombre niebla fundiéndose en la niebla.


domingo, 10 de noviembre de 2013

Más legible?

A pedido de Rolando
y del público lector
hemos cambiado el color
de lo que vamos contando.

Un poco de claridad,
un aporte a la cordura
y un favor a la lectura
que ya no aguantaba más.



domingo, 20 de octubre de 2013

Yo que con añiles ojos recuso el tiempo; y remato con ardor la señal de los dioses. Espanto la nostalgia con  rigurosa rama y persigo por la vera el ancho cielo ¡ ese ! que al final del trayecto, ha de darme, lo que yo más quiero. Mientras ...respiro anhelos.
 
 
Roja es la banda donde mi espíritu retoma fuerzas
...para empezar de nuevo.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Leyenda del tesoro guardado en un cofre sin cerradura



         En un lejano país hay una leyenda que dice:

       Dios envió la advertencia repetidas veces.
       Pero el Pueblo la ignoró.
       Decidió entonces aplicarle un severo castigo por su iniquidad: encerró un tesoro en un cofre sin cerradura, a la vista de todos, pero resolvió que Ellos (gobernantes, funcionarios, gremialistas, dirigentes y algunos otros, salvo unos pocos, muy pocos escogidos) perdieran absolutamente todo interés en abrirlo y recuperar así el tesoro, cuyo valor no se puede medir.
       Desde entonces —y hace tanto tiempo que nadie lo recuerda— periódicamente el Pueblo peregrina y deposita en un sobre su ruego por el perdón divino.
       Pero aún no llega el momento.
       Ellos (gobernantes, funcionarios, gremialistas, dirigentes y algunos otros, salvo unos pocos, muy pocos escogidos) no han recuperado el interés perdido. El Pueblo sufrido peregrina una y otra vez.
       Pero La Honestidad y Otras Virtudes Necesarias siguen allí: en el cofre sin cerradura.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Cuentito de Feliz Primavera



Bueno amigos, hemos cambiado el blog acorde a la estación que estrenamos, hemos comentado los textos de los dos últimos meses y para terminar las tareas pendientes, les dejo un cuentito que no es primaveral pero naciò en los últimos días de este invierno, espero que lo disfruten...

Karma

Una cree que ya ha pagado las deudas contraídas en vidas anteriores. Que ha llegado a un punto en el que se acabaron las carreras nocturnas, los floreros destrozados, los adornos escondidos en lugares insólitos, los insectos en la cama, los muebles destruidos, los pisos nevados de papel de cocina, los despertares a la madrugada.
Una, ingenuamente, considera que ya no quedan cuentas pendientes, que llegó el momento de la paz y la tranquilidad y que el resto del camino será fácil y sin sobresaltos.
Y entonces una decide incorporar otra gata a la familia.

Greis - 17-09-2013

jueves, 29 de agosto de 2013

¡PERDON!

Hace como dos meses que no entro al blog, nos limitaron el acceso en horario de oficina y a la noche apenas tengo tiempo de leer los mailes. Este fin de semana, si puedo, me pongo al dia con todos los textos nuevos.
Gracias por escribir!
Greis

La macetita


      Cuando vio por televisión al Sr. Juez (cuyo apellido comenzaba con Z) formulando esas declaraciones supo que el destino le proporcionaba el punto de inflexión a partir del cual todos sus problemas irían encontrando adecuada solución. 

      “Se puede tener una macetita en la casa”, dijo el Sr. Juez. A partir de allí comenzaría el cambio para Z. Toda la vida –gran parte de sus veintidós años- tuvo que arrastrar la mochila de tener que explicar el porqué de su nombre. Que mi viejo era admirador de Kafka y que mamá se oponía pero entonces papá le recordaba que ella había bautizado a mi hermana mayor sin ningún cuestionamiento y que como su apellido era Zorat por analogía mi nombre no sería K.como el personaje del libro sino Z.y que tuvo que recurrir a contactos en el Registro Civil para que le permitieran ponerme ese nombre y no tengo un segundo nombre entonces solamente soy Z. Zorat y ya me tienen podrido con sus preguntas.
       Su ira surgía de no poder entender por qué lo detuvieron cinco veces por fumar hierba en la calle sin molestar a nadie. Cinco causas judiciales. Cinco horribles experiencias compartidas tras las rejas con verdaderos delincuentes. Esa bronca se aplacaba un poco al pensar en ese chico de dieciocho años detenido por una razón similar y que fuera violado en la comisaría por un reo encerrado en la misma celda sin que nadie interviniera. Al menos él no tuvo que pasar por algo tan repulsivo. Después lo repensaba y la ira se multiplicaba. Maldita sociedad enferma y anárquica.
       Por suerte estaba el rock y el frenesí de los decibeles que ponían a prueba las mamposterías, y los dedos del violero desmintiendo su estructura ósea, y el batero escondido movilizado por fuerzas instintivas arrancando a los parches los sonidos de lejanas ascendencias africanas, y el fantástico bajo poniendo las cosas en su lugar respaldado por la autoridad que le confería su voz grave.
       Y por supuesto, la hierba. Un amigo le pasó el dato. Compró una maceta y la plantó. La colocó en el balcón. Octavo piso, vista a la calle. Vivía solo y sus ocasionales invitados no pondrían reparos, todo lo contrario.
      La regaba todos los días. Seguía al pie de la letra las instrucciones. La aireación de la maceta, la luz recibida, los fertilizantes adecuados…
      Y la planta creció. Y siguió creciendo. Más y más. Se alimentaba del aire, del sol, del smog… Z. lo ignoraba por completo. La planta comenzó un desplazamiento hacia abajo, como si fuera una trepadora en busca de un basamento más sólido para comenzar con mayores bríos el movimiento ascendente. A los dos días había atravesado el sexto piso y su volumen era varias veces el inicial. Los vecinos vinieron a preguntarle. Z. les respondió que se trataba de una planta ornamental proveniente de Asia. Al quinto día llegaba a la vereda. La gente del edificio estaba contenta porque decía que vivía en la versión local de los Jardines de Babilonia y ahora era la envidia del barrio.
      Cuando la planta devenida en enredadera comenzó a cubrir la vereda se encendió la alarma. Mientras tanto, Z. disfrutaba de la abundancia que tenía al alcance de la mano y la compartía con total generosidad.
      El asunto derivó en un problema cuando la hierba cubrió las calles y las aceras en diez cuadras a la redonda. Su velocidad de crecimiento parecía acelerarse exponencialmente. Hubo denuncias, pero la policía argumentó que no podía intervenir sin orden judicial. Hecha la presentación, la justicia ordenó el procedimiento, pero éste arrojó la conclusión de que se trataba de un cultivo hecho para consumo personal, por lo tanto no se había producido ninguna transgresión a la legislación vigente.
      La hierba no detuvo su avance. Alcanzó las plazas, las escuelas, los parques, jardines…todo lo que encontró a su paso. Cuando la ciudad entera amaneció cubierta con una alfombra verde de cinco centímetros de espesor se conformó una comisión vecinal con el propósito de ir a reclamar ante el Dr. Bigotes, Jefe de Ministros. El funcionario recibió al grupo y dio por espacio de veinte minutos una florida cátedra sobre los motivos de orden legal, político, físico, metafísico y esotérico por los cuales todo estaba bien, que era un invento de los medios y que no había nada que discutir ni ninguna razón para preocuparse.

   Entonces —mientras la hierba continuaba su crecimiento descontrolado— los vecinos decidieron recurrir a la Cámara de Diputados. Tratamiento sobre tablas, encendidos discursos televisados hasta la madrugada en que, tras la votación, se aprobó la ponencia oficialista en un todo coincidente con las verdades expresadas anteriormente por el Dr. Bigotes. Resignada, la gente apagó los televisores y comenzó a prepararse para el éxodo.
      Así fue que, buscando una escapatoria, llegué hasta aquí. Estoy en el faro del Palacio Barolo. No estoy solo. Z. me acompaña. Él me contó el comienzo de la historia. Envueltos en nubes de humo vemos como el verde avanza devorando Infierno, Purgatorio y Paraíso. Buenos Aires parece una inmensa llanura en la que los pisos superiores de algunos edificios asoman como barcos atrapados en el Mar de los Sargazos. Por suerte a los dos nos gusta cantar. Podremos incorporarnos a alguno de los nueve coros celestiales.




Notas

Las declaraciones del Sr. Juez son reales.

Palacio Barolo: emblemático edificio de la ciudad de Buenos aires. Pego aquí un fragmento de Wikipedia:

"El edificio está lleno de analogías y referencias a la Divina Comedia, motivadas por la admiración que su creador profesaba por Alighieri. La división general del Palacio sigue la estructura de la Divina Comedia, es así que el Palacio tiene tres partes, al igual que la obra de Dante: Infierno, Purgatorio yCielo (el faro representa al Empíreo). Además, la división estructural sigue en todo una correspondencia exacta y el Faro representa a los "Nueve Coros Angelicales". Uno de los planes de Barolo y Palanti era trasladar los restos de Dante al edificio, que funcionaría como mausoleo del gran poeta".



Fotografía: Agustín Faggiano http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=541168

sábado, 24 de agosto de 2013

Sombras de adioses





Apenas detrás del primer llanto,
tal vez antes,
nos arropan los adioses,
los pañuelos
que la brisa moverá
en alguna encrucijada.

Sólo soy un hombre,
uno más,
un otoño
de adioses deshojados,
de miradas perdidas en la bruma,
de nombres confundidos
en las volátiles formas
de los sueños olvidados.
Y ahora tú
me ofreces la caricia
del rocío en el verde
de la hierba,
los leños ardientes de un hogar
y el agua fresca
para mi sed nunca saciada.
Senderos gastados,
cicatrices invisibles,
esbozan figuras fantasmales
en tu mano tendida
y en el fondo de tus ojos
(o tal vez son los míos),
curvando los anhelos
en un nuevo interrogante.
Temor de adioses repetidos
levanta fortalezas
que tiemblan
inseguras y abrigadas,
en la tibieza imposible,
lejana y apremiante,
de tu abrazo.



jueves, 8 de agosto de 2013

El duende de tu son

               

           …no se ve nada bien, Anselmo. Mire, ¿ve estas manchas? La placa no miente. Esta es la historia de toda una vida de desarreglos, mi amigo, ¿cuántos eran? ¿setenta y cuatro?, no, setenta y cinco. ¿Cuántos de fumador? —hace una pausa escudriñándolo con un suspiro—. Está bien, ahora tratemos de mirar para adelante.
          —Parece que no hay mucho por delante, doctor —responde el viejo bajando la cabeza con un gesto resignado.
        —Depende de usted, ya se lo dije. El tabaco, el alcohol, la noche... son su pasaporte al otro lado, viejo. Mírese un poco: está quedando piel  huesos. Y encima, solo… en esa pensión que se cae a pedazos, comiendo quién sabe qué.
            —Tiene razón, doctor —queda un momento pensativo—. Voy a hacer algunos cambios.
            —Eso mismo me dijo la otra vez. Pero voy a tratar de creer en usted. Acá le escribí todas las indicaciones. Lo veo en un mes.
            —Si, doctor. Gracias.
La llovizna  de la fría tarde de junio lo recibe en la vereda. “¡Como se pianta la vida, cómo rezongan los años!”, susurra. “Yo siempre pienso en tango, pibe”, suele decir, y no miente; cada situación, cada lugar, cada persona, invariablemente despiertan en él una inmediata asociación con alguna letra de tango, milonga o vals conocido. Así, por ejemplo, el paisaje de Sarandí, a esa hora y con ese clima le sugiere: “Garúa, solo y triste por la acera…”, y también: “…llueve lentamente sobre tu desolación…”. Las letras se retuercen, anudan y confunden en su mente como los anhelos secretos de bailarines en una milonga. Toma San Juan, luego dobla en Entre Ríos silbando “Cafetín de Buenos Aires”  y unos metros más allá empuja sin vacilar la puerta del Napolitano. Una espesa cortina de humo y el bullicio que llega desde las mesas de billar le dan la bienvenida acostumbrada.
—¡Eh, Anselmo!, ¡Vení, arrimate! —una mano levantada le indica la mesa donde están “los muchachos” jugando al dominó mientras mezclan en sus charlas fórmulas infalibles para arreglar los desquicios del gobierno de turno con los goles magistrales de Labruna y los detalles anatómicos de la rubia que abandonó el conventillo para venirse al centro “a triunfar y olvidar el percal”.
—¿Qué tal, che? Acá se está bien. Afuera hace un frío de miércoles, y eso que hoy es viernes —dice mientras se quita el abrigo y le hace un gesto al mozo para pedirle un café. Enciende un cigarrillo, mientras intenta disimular  sin éxito un repentino acceso de tos.
—Parece que la cosa va empeorando —dice “Longaniza”, su amigo de la juventud, con un dejo de amargura.
—Dejate de macanas, si estoy hecho un pendejo. Esta noche tocamos en el salón de Varela, ¿venís?

                                               
“El duende de tu son, che bandoneón, se apiada del dolor de los demás…”. Anselmo cierra los ojos y acaricia los botones del fueye que se estira, que se empapa con la atmósfera densa de tabaco y alcohol, que suelta el aire, y vuelve a respirar mientras libera el vuelo de su voz quejumbrosa y profunda. Anselmo sueña y se deja llevar mientras Jacinto, el cantor que luce una cicatriz en su mejilla izquierda, un traje oscuro y un pañuelo al cuello, le regala sonido y expresión a los versos de Homero Manzi: “Bandoneón, hoy es noche de fandango…”. Los bailarines entrelazan sus cuerpos y hablan con la muda seducción que teje sus telarañas envolventes. Los tacos se deslizan y lanzan destellos de efímera vida en la penumbra del salón que encierra al mundo en sus cuatro paredes sin ornamentos.
        Sueña Anselmo mientras sus dedos buscan los caminos tantas veces recorridos. Y el bandoneón se le hace carne, una prolongación del alma que anuda el grito estrangulado.
            “…y puedo confesarte la verdad
            copa a copa, pena a pena, tango a tango,
            embalado en la locura del alcohol y la amargura.”
            Sueña Anselmo y siente que el poeta escribió su propia historia. Las volutas del humo de los cigarrillos dibujan aquel nombre.
            Celia.
         Y es un nombre, y un recuerdo que también es un pañuelo y la sirena de un barco que se aleja, y el viento del río marrón que se lleva su perfume y su gracia española.
            Celia.
            “Bandoneón, ¿para qué nombrarla tanto?
            ¿No ves que está de olvido el corazón?”
            Anselmo abre los ojos. De pronto la ve. Largo vestido rojo con un tajo y la insinuada maravilla de sus piernas que el aire acaricia con rumor de tango. El humo es ahora un telón que se cierra, y su imagen se desvanece.
            Cierra los ojos Anselmo y sueña aferrado al instrumento. El cantor de la cicatriz está entonando:
            “…y ella vuelve noche a noche como un canto
            en las gotas de tu llanto, che, bandoneón.”


           El frío de la pieza es una presencia que llena todos los vacíos. La luz amarillenta de una única lamparita apenas deja ver algunas fotos borrosas adornando la pared donde se apoya la cama de una plaza. Mira el reloj de la mesita de luz que le dice que son casi las cuatro. Con  suavidad deja el instrumento sobre una silla y luego abre un pequeño armario. Desde el techo de chapas llega la serenata monocorde de la interminable lluvia invernal. La botella de ginebra tiembla en sus manos mientras llena el vaso. Bebe un largo trago y luego, como si cumpliera con un rito religioso descorre el cierre de la funda y toma el bandoneón. Sus dedos, aún ágiles, comienzan a dibujar un entramado de acordes, escalas y recuerdos.
            “… Hay un fantasma en la noche interminable…” —su voz es un murmullo, una nostalgia, una herida sin cicatrizar. La naturaleza destinó a sus manos los dones que hubiese deseado para  su garganta, pero ya no le importa. Canta. Es una función dedicada a sí mismo. Canta y canta.
            “… y el bandoneón dice su nombre en su gemido…”
          El cielo no cesa de vaciar las nubes y Anselmo bebe y canta. El bandoneón vibra y se desgarra como su alma.   
          ¡Otra! —grita—. ¡La última curda! —pide. 
          Do menor —indica a sus dedos y comienza la introducción. "
        "Lastima, bandoneón, mi corazón…” —dice su voz cansada pidiéndole auxilio a los pulmones que se niegan.
“… la vida es una herida absurda…” —susurra apenas y se detiene para beber otro trago. Luego continúa:
“… pero es el viejo amor que tiembla bandoneón y busca en el licor que aturde…”.
La lluvia que golpea el techo parece completar la frase:
“… la curda que al final termine la función poniéndole un telón al corazón.”



sábado, 3 de agosto de 2013

FORTALEZAS...

Quizá tal vez, un día durante la lluvia de la tarde, mi sonrisa apacible y transparente te siga acompañando. Seguro te daré palabras, repletas de amor. Quizás también recibas el calor de mi mirada, mientras que de mis brazos surgirán los versos guardados. Quizá nada se oponga, y el mundo continúe siendo el mismo. Sería un buen momento, para ir a columpiar juntos por aquellos árboles furibundos, llenos de pasado.

                                      Allí, muy cerda de lo que el viento se llevó...

jueves, 1 de agosto de 2013

Memoria de la Madre



Memoria de la Madre
que surgió de las estrellas
en un tiempo de medidas imposibles,
recién nacido
el Hombre,
de una célula marina se levanta
y es tierra que se yergue
apenas un instante
para volver
a sí mismo,
a su naturaleza polvorienta.
La Madre lo acuna y amorosa le regala
los colores, el agua, el aire y el paisaje
le da el soplo vital, lo alimenta
y es su esencia.
El Hombre escribe una historia
paso a paso
abriendo huellas en su vientre,
sagrado vientre original
que también hiere
con espadas impiadosas
y suicidas.
Madre Tierra,
antigua Pachamama de los pueblos
dadora del maíz y de la lluvia,
dueña de la música del viento
que esculpe las quebradas,
cuando me envuelva la hora del retorno
viste de alas mi espíritu, te pido,
para alcanzar al fin altura,
entenderme con las nubes,
con  las golondrinas y los cóndores,
adormecerme después
en una gota azul de ventisquero,
para bajar sin prisa
por el camino mineral
desde el silencio de las cumbres
hasta las fuentes
donde apagan su sed  los caminantes
mientras aguardas, paciente, su regreso.



1° de agosto: Día de la Pachamama

martes, 30 de julio de 2013

El amor genera buena rola


En algún momento de nuestras vidas probablemente tengamos la impresión de que algo extraordinario nos está sucediendo, de que algo inédito se nos está dando, en modo inusual. Entrados en una suerte de conjuro, nos vamos sintiendo atraídos ...hacia una forma de devoción por alguien. Es así que tendremos una íntima necesidad de indagar en lo mágico y en lo divino de su origen. Sea como sea, siempre nos viene de perilla estar bajo hechizo, percibir que una corola o mácula se cierne sobre nuestro presente. Permanecer en estado de encantamiento, más allá de mantenernos altamente animados, nos genera una especial y particular sensación de enaltecimiento. Una suerte de sentimiento incuestionable. Ilusión no es falta de verdad, es simple y poderosa ilusión. Impulso vivificante, fuente de alegría y creatividad. El amor genera buena rola. Por eso: TAÑE TU PROPIA NOTA. FUERTE Y CLARA.


Al que ama y comprende se le abren todos los caminos.

domingo, 28 de julio de 2013

Yo fui también antaño un columpiador de árboles


Yo fui también antaño un columpiador de árboles, y muy a menudo sueño que volveré a serlo. Cuando me encuentro cansado, en medio de mis meditaciones, empiezo a ver el bosque sin caminos seguros. Mis ojos lagrimean, por causa de la brizna. Eso me obliga a alejarme un tiempo [para luego volver]. Que nunca quiera el destino comprendiéndome mal, otorgarme la mitad de lo que anhelo. Que nunca la vida me niegue el regreso a la tierra. Nada hay para el amor, como la tierra y el hogar que uno añora. Ignoro si existe algún sitio mejor, algún otro suelo. Más quisiera encaramarme sobre las ramas de un robusto abedul, y alcanzar el blanquecino tronco, lograr de este modo un poco el cielo. Volver sería un logro, regresar sería hermoso. Hay cosas peores en la vida que ser un columpiador de árboles. […Un objeto suspendido, inerte en el destino].

A la memoria de Robert Frost (1874-1963).
Querida Greis, Rolando, amigos, sepan disculpar la ausencia involuntaria, había perdido la clave de ingreso, y aún no recuerdo como se etiqueta. Por favor Greis, podes hacerlo? Le dejo un abrazo, y mi gratitud por seguir permaneciendo aquí. Feliz día, claro que si.

viernes, 19 de julio de 2013

20 de julio


A vos... a vos, sí, no mires para otro lado. 
A vos te hablo.

A vos que estuviste en las buenas y en las malas, a vos que te acordás de mi cumpleaños (no necesariamente el dìa de mi cumpleaños, pero vale igual), a vos que compartis conmigo momentos memorables y olvidables. A vos que a veces sabés lo que me pasa y a veces no, pero siempre estas con la oreja dispuesta y los brazos listos para el abrazo. 

 
A vos, che...
¡FELIZ DIA DEL AMIGO!


jueves, 20 de junio de 2013

¡FELIZ DIA, BANDERA QUERIDA!






Belgrano fue un gran héroe.
Sin superpoderes como Superman, sin superfortuna como Batman o Ironman, sin siquiera tener estudios militares como San Martin, se subiò al caballo y se puso al frente de un ejército para liberar a su Patria.
Se cargó al hombro la tarea de combatir a un ejército profesional como el español, una de las grandes potencias de su época. Pasó frío y hambre. Sufrió derrotas y vio morir a su gente.
Y sin embargo, siguió adelante y nos dio el regalo más maravilloso que una Nación recién nacida puede recibir: una bandera que la envuelva y abrigue bajo los mismos colores a todos los que la habitan.
¡SALVE BELGRANO! ¡SALVE ARGENTINA!




domingo, 16 de junio de 2013


   Hace años que el mío cruzó el charco, pero aún siento su presencia cuando necesito apoyo, cuando estoy triste, cuando me siento sola.
   Es difícil decir algo original sobre "el padre", a esta altura de la historia de la humanidad demasiada agua ha corrido como para ser novedosa.
   Y sin embargo, sigue siendo màs difícil encontrar palabras para describir el cariño, el ejemplo, los valores... cada ladrillo de mi personalidad lleva el sello de mi padre.
   Por eso, para los están de este lado y para los que estàn del otro...

¡FELIZ DÍA!







miércoles, 12 de junio de 2013

viernes, 24 de mayo de 2013

Por amor a mi país



Amo a mi país.
Lo amo con todo mi corazón, a pesar de que está lleno de cosas que no me agradan o que no apruebo.
Lo amo porque las cenizas de mis antepasados alimentan los árboles que me dan sombra, porque en cada hoja veo el rostro de mi padre y en cada flor, la sonrisa de mi madre.
Lo amo porque aquí están mis afectos, los que alimentan mi corazón cada día.
Aquí está la música que me acunó cuando era bebé y la que me acompañó en mi paso de la niñez a la adolescencia. Aquí está mi casa, mi familia, mis amigos.
Aquí.
Por eso me duele cuando alguien habla mal de "este país"... no es "este" país, es nuestro país, el de todos. El que tenemos que seguir construyendo cada día, el que tenemos que ayudar a salir del pozo, el que podemos sacar adelante si nos ponemos de acuerdo.
Y el que no podremos levantar si no lo amamos.
En las fechas patrias, usá escarapela. Cantá el himno, aunque sea en tu casa. Poné una bandera en tu ventana.
Recuperemos el orgullo de ser argentinos.