EL EDEN
El país despierta con las exigencias del progreso, comienza la traza y construcción de caminos a través de las altas cumbres de Córdoba, en un intento de comunicar a todos los pueblos diseminados en la zona agreste e inhóspita.
Hasta donde abarca la vista solo se divisan montañas y bosques vírgenes.
Pobladores de antigua raza merodean sobreviviendo entre los cerros, asombrados observan los extraños movimientos de máquinas desconocidas y de gente moviéndose entre nubes de polvo y piedras que vuelan por los aires tras grandes explosiones.
La construcción es confiada a una empresa extranjera, en el obraje hay instalados obreros, capataces, agrimensores e ingenieros viales.
Se destaca entre ellos un joven y talentoso ingeniero Italiano, contratado como jefe de la gran obra, al poco tiempo de vivir en esas soledades comienza a sentir nostalgias del terruño.
Decide volver a su país en busca de su novia, una bellísima mujer de largos cabellos ensortijados y bellos ojos glaucos que lo acompañará en esa increíble aventura.
Regresa feliz junto a su flamante esposa, como regalo de boda decide construir en su honor un castillo al estilo de los que hay en su tierra, donde no falta nada, desde un magnifico portal para la entrada de los carruajes, hasta una enorme pileta de natación, canchas de tenis, de jockey, salones de juego, preciosas terrazas orientadas al poniente desde donde se disfrutan diamantinas puestas de sol que quitan el aliento
Imagina una vida maravillosa viviendo en el Edén y criando una numerosa familia.
El destino cruel espera agazapado para destruir esa felicidad.
Su dulce y bella esposa no se adapta a vivir en un solitario paraíso, ajena al idioma y costumbres, entre gente ruda, sin nada que rompa la monotonía de los largos días.
Tratando de paliar el desaliento, se dedica a la cría de caballos de raza, mientras una legión de sirvientes atiende el castillo y cría a sus hijos.
Giorgio muchas veces absorbido por sus tareas pasa varios días lejos del hogar trabajando en el trazado de los riesgosos caminos, sola y angustiada, se aficiona a realizar cabalgatas por lo abruptos cerros, montada en su brioso caballo blanco, con los cabellos al viento es una onírica imagen volando por los tortuosos senderos de las montañas.
El día amanece fresco y con perezosas nubes coronando los cerros mas bajos.
La audaz amazona no teme al viento, lo desafía en una alocada carrera y al fustigar a su caballo para adelantarse, no prevé que tras la etérea nube que cruza delante de ellos se esconde la trampa mortal.
Cae la tarde y ella no regresa, hay muchas víboras por la zona y se teme lo peor
Salen en su búsqueda, tras una extenuante caminata la encuentran muerta junto a su corcel, en un profundo precipicio.
Abrumado por la pena, él decide abandonar el país junto a sus hijos.
El majestuoso castillo queda bajo la custodia de un amigo que lo atiende durante años.
Los hijos regresan a reclamar su herencia de amor, lo restauran y se dedican a la cría de caballos, siguiendo el ejemplo de su madre, finalmente fue cedido a una obra social de trabajadores.
En la actualidad lo regentea una empresa que montó un esplendido y exclusivo spa.
La historia , convertida en leyenda corre rumorosa como el río que baña los alrededores donde se yergue solitario y envuelto en misteriosa aureola el castillo “El Edén”
Tu cuento Tere, hizo que quisiera saber más de esa familia. De la mujer. Bien por vos Tere, al traerla aquí. Es muy poquísimo lo que en la red encontré de la familia Ferrarini, del Castillo. Apenas unas líneas, y me quedé con la pregunta de si será siempre así, si las ramas del presente tanto se imponen, que la raíz queda oculta, tanto, hasta que de a poco se desvanece...
ResponderEliminarUn beso,
Adela
No conozco los personajes ni el lugar al que hacés referencia. Esto lo digo por haber leído el comentario de Adela. Pero me atrapó la manera en que armaste la historia que tiene mucho de amor y de saga de inmigrantes que dejaron huellas indelebles en nuestro país. Los "edenes" muchas veces sólo tienen el nombre de lo que pretenden.
ResponderEliminarTeresita, muy interesante tu relato y la inquietud que me dejaste. Está buenísimo aprender cosas nuevas.
ResponderEliminarBuen relato Teresita, las historias reales a veces superan las de ficción, sobre todo si están tan bien contadas como este. Me super gustó.
ResponderEliminarUn bf.
Iris.
Precioso relato de este castillo que no conocía, Teresita. Sí, en cambio, cuando vas a La Falda, te cuentan vida y milagro del hotel Edén, otra historia fantástica.
ResponderEliminarPero, además, está muy bien contado!
Abrazos