Lara...
Intrusión
Alejandro Luque
Percibo recién ahora su presencia en la otra sala ya que la lluvia acaba de terminar con su inquietante repiqueteo sobre los techos. Se mueve entre las sombras, se cobija en los rincones oscuros de la casa. La sangre comienza a fluir por mis venas a una velocidad indescriptible, y el miedo que me acechaba unos minutos antes ya no existe. Siento crecer una necesidad imperiosa de desplazarme lentamente hasta el vano de la puerta. Sé que puedo estar cometiendo un grave error, pero también reconozco que no hay otra salida. Acomodo mi cuerpo, contengo mi respiración y avanzo lentamente. El espejo de pie, al fondo del pasillo, pretende asustarme con mi propia imagen y se me erizan los pelos en la piel. Me recompongo, me desplazo y gano la habitación. Mis sentidos confirman que el intruso está cerca del escritorio. Es el momento de avanzar sigilosamente para sorprenderlo antes de que sea tarde. Vestida de oscuridad soy prácticamente invisible. Inexorablemente soy. Por detrás del perchero hago el contacto visual. Me condenso. Está ahí, hurgando entre los papeles. Entonces todo deviene instinto implacable. Avanzo un poco, me agazapo, tomo ímpetu, salto y atrapo certeramente su cola con mis garras recientemente afiladas en el tapizado del sillón del living, sin hacerle daño. Aún no, porque tengo por delante toda la oscuridad de la noche para jugar con este ratón.
Breve y contundente, como será el zarpazo final, después del juego. Me encantó, será porque me hizo acordar del mío, asesinado por una bala vecina...
ResponderEliminarCariños
Lulú
Descripción precisa, exacta de cómo actúan los maravillosos gatos.
ResponderEliminarMe encantó, porque fue tratado como un cuento de misterio.
Saludos
Graciela
Me engañaste como a un niño. Pinta suspenso intenso para humanos.
ResponderEliminarCreo que ella, lo hubiera escrito tal cual. ¿Existe algún animalito más parecido al ser humano? El modo de jugar y medir, la astucia, la voluntad de acero en la espera, independiente cuando está satisfecho, demandante cuando quiere algo. Cariñoso y amoroso cuando se siente querido, pero no admite que lo invadan. Amante de los placeres. El michi, siempre curioso, observador y buscador. Y cuando no quiere, definitivamente no quiere. En eso, más auténticos que nosotros.
Felicitaciones a Lara.
Un beso,
Adela
Criaturas increibles, pequeños tigres de seda
ResponderEliminarcapaces de escudriñar hasta el último rincón del universo. Sus audaces travesuras a veces cortan nuestra respiración, pero sus mimos y ronroneos nos hacen soñar. Solo quién tiene o tuvo como yo, un gato, o dos, que lo acompañe, puede disfrutar un cuento como este. Gracias Alejandro, felicitaciones!
Un beso,
Martha
No me canso de mirar a mi gato, de admirar sus rutinas y al leer tu cuento no me lo imagino frente a un ratón... todavía. No tiene un año, pero se hace el poderoso cuando merodea. Lindísimo relato. Un beso
ResponderEliminarLara y Gala se parecen Ale, no dudo que serían buenas amigas, imaginate tan inteligentes las dos, ejem.
ResponderEliminarUn relato tan real que la veo y seguro actuaría así y no te cuento lo que jugaría con el bicho, además de romper el tapizado de los sillones. Me super gustó.
Un bf.
Iris.