La intensa lluvia de esa noche había hecho que los verdes amanecieran
con un brillo inusual.
La brisa de la mañana hamacaba las flores que agonizaban
en sus ramas.
El canario repitió el ritual de siempre y despertó con sus
trinos a la mariposa transparente.
Aún somnolienta movió sus alas y se dirigió a la orilla
del lago, pero no se vio.
Martha
Un instante pintado con todos los sentidos. Huele a mañana acuosa y fresca, Martha. Sugiere la vida de tantos y tanto,que coexistiendo con nosotros a veces, ni siquiera la percibimos.
ResponderEliminarUn beso,
Adela
La magia de un momento cotidiano que hay que aprender a percibir. Un fresca joyita, Martha.Un beso
ResponderEliminarLos poemas me encantan, admiro a quienes saben escribir tan bien! Precioso, Martha.
ResponderEliminarBesos
Lulú
Me quedé pensando en nuestras identidades, en el esfuerzo que hacemos ataviándonos para reafirmarnos y reconocernos, en la insignificancia del acto...
ResponderEliminarEl intento fue bueno, lástima que no se vio. Bellísimo poema Marthita.
ResponderEliminarUn bf.
Iris.
¡Qué bonito, Martha! Traslúcida y tanto que no puede contemplar su propia belleza.
ResponderEliminarPienso que la gente más bella (por dentro) tampoco es consciente, como tu mariposa, de su propia belleza interior. Por eso son tan bellos,
Celia,
Martha, ¡precioso poema, tan lleno de hondura!
ResponderEliminar¡Me gustó!
Beso,
Ali - Nuri.