Perfumadas y armoniosas,
así son mis rosas.
- Presumía el rosal-.
Mirando a sus pies
el verde follaje,
Burlona decía:
-Mírate violeta,
pequeña y modosa-
Eres puras hojas,
sin gracia, inocua.
Así despreciada por su simpleza,
se aplastó humilde
en la dura en la tierra.
Llegado el otoño
que roba las hojas,
desnudó sin piedad
a la bella rosa.
Engalanó a la violeta
y le dio esplendor
con preciosas flores de azul color.
Avergonzado;
comprendió el rosal
-todos merecemos una gracia especial-
Esopo, Samaniego, Iriarte, La Fontaine y...Teresita.
ResponderEliminarHas dado en clavo, Teresita: "todos merecemos una gracia especial". Así es, y todos la tenemos, tan sólo es necesario creer en su existencia para encontrarla, porque ahí está.
Preciosa tu poefábula,
Un beso,
Celia,
Me encantó esta poesía fabulada Teresita. Muy sentida.
ResponderEliminarUn bf.
Iris.
Tere, ¡precioso!
ResponderEliminar¡Te felicito!
Beso,
Ali.
por suerte Teresita todos tenemos esa garcia especial, y lo malo es que hay mas rosales que violetas en este mundo ajjajajaj
ResponderEliminarBello tu poema.
besos
¡Me encantó Teresita!
ResponderEliminarMe encantan las rosas, y las violetas, y los jazmines, y las no me olvides chiquititas, y los crisantemos, y los malvones tan ellos, tan fuertes, y definitivamente las margaritas, pero no es de flores el asunto.
Hace falta sí, sentir vergüenza muchas veces, para comprender mejor.
Un beso,
Adela