-Esa mujer, la del paraguas, ¿la ves? Mírala bien, esa a la que el paraguas verde le oculta la mitad de la cara, ¿la ves ahora? ¿Qué piensas, que es Rita o que es su hermana? Como se parecen tanto… claro que son gemelas y eso ayuda pero no sé, no sé… ¿la distingues tú? Fíjate que ahora no recuerdo cómo se llama su hermana, lo tengo en la punta de la lengua, espera, ¿empieza por “a”’? No, por “a” no, estoy segura, sí, sí, eso es, tienes razón, Laura, así se llama, haberlo dicho antes, mujer, me ponen nerviosa estos lapsus de memoria. Espera, que se acerca… ¡Ay no! Se para ante aquel escaparate, cierra el paraguas y entra en la tienda… Pues yo de aquí no me muevo hasta saber si es Rita, aunque me extraña que sea ella, tan delgada, con lo gorda que estaba en los tiempos de la Uni, ¿te acuerdas? No sé cómo pudo engatusar a ese relamido de Gonzalo pero el caso es que la muy golfa lo engatusó, cualquiera sabe qué encantos ocultos debe de tener, porque si los tiene están encerrados bajo siete llaves, no hay más que ver lo poco que vale, que además de fea es una sosa de campeonato. Qué barbaridad, cuánto tiempo lleva dentro de la tienda, seguro que es de las que piden que les saquen un montón de trapitos para luego marcharse sin comprar nada, como si la viera, porque dinero no ha tenido nunca y Gonzalo sería todo lo que quieras, guapo, sí, o más bien resultón, pero más pobre que las ratas y sin porvenir de ninguna clase, tú me dirás, con un padre medio alcohólico al que cada poco tenían que ingresar en un centro de rehabilitación. Es verdad que después les perdimos la pista a ambos y lo de Gonzalo no acabó de cuajar, vete a saber si Rita se marchó a otra parte o si ha encontrado algo mejor, lo mismo hasta se casó, pero no creo, no era ella de compromisos sólidos sino de andar picoteando por aquí y por allá, la muy pájara. No te lo vas a creer pero hasta lo intentó con Paco, sí, sí, cuando Paco ya salía conmigo, por Dios, ¿cómo iba Paco a fijarse en semejante guiñapo? Mira, mira, ya sale, pero no viene hacia aquí, ni siquiera ha abierto el paraguas, ahora entra en esa cafetería y lleva una bolsa, habrá comprado algo después de todo, algo barato, por supuesto, y sí, sí que es Rita, ahora estoy convencida, esa forma de contonearse es inconfundible. Y está delgada, ¿estará enferma o serán los disgustos? ¿Que qué disgustos? Pues no sé, chica, lo digo en general, algún disgusto tendrá, todos los tenemos, a ver por qué ella iba a ser una excepción, y por supuesto que sus disgustos serán muchísimo peores que los nuestros, no te quepa ninguna duda, no hay punto de comparación entre nuestras vidas y la suya, pero fíjate, ya sale de la cafetería y no está sola, ¿quién le ha abierto la puerta? ¿Quién le abre con tanta galantería el paraguas? ¿Puedes reconocerlo? Pero, pero…¡si es Paco! ¿Qué hace Paco con esa arpía? Y le está dando algo, puedo verlo, no sé qué le da pero acaba de ponerle algo en la mano. Ya está, seguro que se la ha encontrado ahí dentro, ella se ha hecho la pedigüeña y ya sabes cómo es Paco de generoso y lo fácil que se deja embaucar. Dinero, eso es lo que ha debido de darle, vete a saber qué historia le habrá contado Rita para ablandarlo. Pero, ¿qué dices? ¿Cómo puedes asegurar que Paco le ha dado una rosa, estás ciega? Que no, mujer, ¡una rosa, qué cosas tienes! Paco y yo somos como una piña, la pareja perfecta, pero si somos la envidia del club y, además, todo el mundo sabe que nuestra vida es maravillosa, maravillosa… Lo que pasa es que el paraguas abierto no permite que veamos bien las caras, eso es lo que pasa…Que no es Rita, que no es Paco, eso es lo que pasa…
(P.D.Con la esperanza de que regrese Rita, la genuina, mi peluquera favorita...)
Pues par de criticonas, no os dais cuenta que la feilla te esta comiendo al Paco. Y vaya que el paraguas te viene de perinola para hacer la vista gorda. M...
ResponderEliminarSin dudas tu cuento muestra perfectamente, eso de que es más facil mirar la paja en el ojo ajeno...
ResponderEliminary que mejor que utilizar al paraguas como objeto de lo que no permite ver... me encantó Celia!!!
Jajajaja "¿cómo iba Paco a fijarse en semejante guiñaco??" Eso es lo que yo me pregunto, ¿qué tendrá la Rita?
ResponderEliminarY esta dama parlotera, sin poder ver, pobrecita, aunque a veces, sólo a veces, está buena la ceguera, es que ver todo, todo, hace mal Celi, provoca todo tipo de alucinaciones y dolores varios tan difíciles de curar...
Me encantó Celi,
Un beso,
Adela
No veo y leo un par de criticonas. ¿Cómo con quien habla? ¡Con su conciencia, hombre, con su conciencia! Que no quiere admitir que Paco le está metiendo las "guampas" con la gordita que adelgazó por los disgustos, que adelgazan tanto como esas enfermedades que no se nombran. Ja Ja me gustó mucho y su escritura corrida que te va llevando, llevando hasta el final ¿ Final? ¿No habrá una segunda parte? besos cenicientos Jorge
ResponderEliminarClaro que no es Rita ni Paco. Segurísimo. Me encantó esta suerte de monólogo imparable. Bien llevado hasta el final, divertido y ameno Celi.
ResponderEliminarMe super gustó amiga.
Un bf.
Iris.