El Horóscopo Jorge Umberto Malpeli (PISCIS)
-Che “Casanova”, vestite -ordenó el oficial y agregó -tenés que acompañarnos. ¿Yo? ¿Y yo, qué hice ahora? Preguntó él, desde la cama. Más que un horoscopofilo, con el paso de los años se había convertidoen un horóscofiglio.
Aunque tenía el símbolo Taiji tatuado en el brazo derecho y leía a Ludovica, nunca entendendió el yin y el yang, ni el hombre y mujer, suave y duro, abierto y cerrado, etc. Tampoco leyó mucho del horóscopo chino; si bien sabía que era el Conejo o Liebre no recordaba si era el Planeta Venus o el Monte de Venus. Su número de la suerte el 27.
Tal vez por simple agrado y tolerancia se había sumado a los seguidores de la astrología normal y occidental. Nacido en Buenos Aires, al sur del ecuador, de igual forma admiraba y leía a los astrólogos del norte. -¿Tendría alguna importancia para las predicciones? -se preguntó en más de una ocasión.
Su adicción comenzó a los veinte años cuando “hizo la colimba”(Correr limpiar y bailar). Durante las interminables noches de “imaginaria” leyó todo lo que encontró; diarios y revistas viejas, maltratadas por todas las “clases” que pasaron por el cuartel. Pienso que enloqueció un poco tambien de tanto leer y repetir, antiguos avisos publicitarios, como por ejemplo; “No diga ¡hola!... diga Olavina.” Había también uno que le gustaba entonar; “¡Qué lindos que están tus dientes, le dijo la Luna al Sol y el Sol contestó sonriente... me los limpio con Odol” y también recordatorios fúnebres, si se quiere un poco cómicos “Fiesta Cívica Casilda. Falleció en Casilda a los 82 años. Empresa Casilda srl. participa su fallecimiento ...”
Conocía el signo de varios amigos y los perseguía leyéndoles los horóscopos en voz alta. Eran como decía él, un buen soporte psicológico; así a un desocupado le inventaba; -¡Mira que suerte! te salió que tendrás una sorpresiva reunión en tu primer día de trabajo y te enterarás de cosas importantes. Seguro es respecto del sueldo -agregaba.
Leía diariamente el horóscopo del signo de su madre, ya muerta. Su mente horoscopada y enferma, imaginaba que él, era el heredero legítimo de todos aquellos textos que le fueran favorables. En la puerta de su baño tenía colgado, como si fuera un cuadro de una naturaleza muerta, el escrito que más le gustó en varios años; “Los juegos del amor son algo peligrosos sobre todo cuando no nos damos cuenta que estamos jugando. Si tiene que llorar por un amor, simplemente llore.” Y lloraba...
Compraba varios diarios, sólo por los horóscopos y comparando sus letras elegía, a su entender, el más conveniente. Día por día y semanalmente los pegaba en una pared de su casa. Durante la semana siguiente los controlaba uno por uno y a los que no habían acertado en su predicción les dibujaba una cruz roja, y a los que sí, aunque fuese sólo a medias, los premiaba con una circunferencia celeste. ¿Habría elegido ese color por la “zona celeste situada a ambos lados de la eclíptica , de unos 16º de anchura”?
-Che Casanova, vestite – repitió el comisario y agregó en la Departamental 27 tenés una demanda por acoso sexual.
-¿Cómo puede ser? -preguntó -sí en el horóscopo de ayer me salió; “una deuda afectiva que alguien de su entorno tiene con usted hoy la salda y además, como sugerencia, agregaba, ¡tiene derecho a ser feliz!
Antes de salir con el detenido, el comisario observó ese mismo texto pegado en la pared enmarcado con una doble circunferencia celeste._________________
Las predicciones horoscoperas a veces no tienen un final feliz, ja,ja,ja... Muy bueno Jorge, bien pensado.
ResponderEliminarUn bf.
Iris.
Un cuento muy entretenido, con buena dosis de ironía.
ResponderEliminar¡Me gustó!
Cariños,
Ali.