miércoles, 24 de agosto de 2011

DUBITANDO

Nunca logré dirimir si la acción de Héctor Carrasco, era filantrópica o egoísta. Alojaba un vagabundo cada primero de mes–para adecentar–en su lujoso hotel.

Para los huéspedes, era atracción y motivación. Quizás, producía adrenalina desarroparse de lujo, cada tanto.

Me gustaba ese caos que ocasionaba el contraste, y que hacía único el lugar. Pero, más singular lo hace, las historias que logro recopilar de esos extraños, para la editorial en la que trabajo. Historias inimaginablemente reales, que lograban conmover hasta el corazón más duro. Y vendían, sí que vendían.

El sol cae lánguido en esta tarde de primavera, entre cocteles, risas y murmullos. Sin embargo, atentos a ese hombre delgado y barbudo que nos mantiene en estado de vigilia.

Ante la pregunta puntual de un huésped, el vagabundo (sin nombre) responde: –Podía imaginar el mundo, como un inmenso madero flotando en el océano cósmico. Y a mí, como un nudo suelto, una rama que fue rama, incapaz de adherirse. Endeble y libre, tan libre como la dubitación posesa que embarga los sentidos hasta la muerte. Porque es la duda, la que perdona a la fuerza de gravedad que te amarra aunque desees alejarte. Porque es la duda, la que te hace responsable de tus actos. Y es la duda, la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar. Endeble y libre… expuesto a las tempestades que germinan soledad. Y la soledad, creciendo evanescente, y evanecida con palabras, que conectan como puente posibilidades incognoscibles con el rastro de lo visible. Palabras, que abonan la creencia de que es posible otros espacios en donde no existen fuerzas que atraigan o repelan. Y la soledad, arropándote y arrullando hasta el otro tiempo. Podía imaginar sí… ¿Acaso, no es el hombre, creador de su propia realidad?... La madera está presente y es imagen, de todos los cadalsos y calvarios de este mundo–

No logré tomar nota, una estúpida lágrima salada, me avergonzó.



2 comentarios:

  1. Muy bueno.Con la imaginación se anda a tientas porque es aprender a caminar en otro mundo que tiene sus reglas y otras dimensiones.Es fácil perderse.

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  2. Filosófico, Lilian. Es bueno detenerse un momento y volver a las fuentes. ¿Filantrópico o egoista? La duda te hace responsable de tus actos.
    Me gustó.
    Un cariño,
    Ale.

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