LOS OCRES DEL SILENCIO
El silencio adormecido
se desperezó entre ocres de otoño
con el canto soprano, lírica de deseos
lucidos bajo el plumaje de la blanca paloma.
Manos de seda acarician mi cara
dos risueños luceros penetran
mientras besan amorosamente mi alma.
Quedan tatuadas las infinitas miradas
al rociar la lluvia mi piel mojada
por la intimidad escondida
en los latidos recorridos en el lecho
donde anidan mis sueños
como prolongación de los suyos.
Entibia la brisa la desnudez de mis cabellos
dejándolos caer en cascada sobre el palpitar del pecho
como hilos irisados que van bordando suspiros
de la pasión compartida a través de los tiempos.
Sentimientos dibujados en papel seda,
oscilación de la dulce llama,
embelesante soneto de luna
que pasea por mis venas
cuando se desperezan los ocres con el viento.
Mónica Somosierra Bueno.
Me gustan mucho tus poemas enamorados, Monique.
ResponderEliminar¡Felicitaciones!
Greis
¡Qué poema tan romántico, Monique!
ResponderEliminarSentimientos y delicadas imágenes detenidas en un momento sublime de paz, armonía y -sobre todo- amor.
Encantador y bellísimo poema. amiga.
Besos para ti.
Olvidé mencionar la música: sublime. Muchas gracias por tus aportes de gran calidad, querida amiga.
ResponderEliminarMuchas gracias querida Greis, siempre tan cariñosa y motivadora.
ResponderEliminarEs un placer compartir en, Villa Cimera.
Muchos besos y cariños.
Querido Pitu, muchas gracias por tu bello comentario, el poema es romántico aunque al escribirlo en mi pluma iban mezcladas muchas sensaciones y la que más, la melancolía por la falta de mi madre. Siempre intento escribirle al amor, a la esperanza, ilusión pero eso no evita que de vez en cuando me salgan letras muy tristes, ya podrás comprobarlo.
ResponderEliminarTu cariño engrandece mis letras :-)
Muchos besos y un abrazo bien fuerte amigo.