Cuando era inmortal
caminaba
simplemente
gastando veredas,
sueños,
zapatos,
rebeldías…
sin ninguna prisa.
Es que los inmortales,
sabes,
no se preocupan por el tiempo
y su transcurso imperceptible,
Los inmortales… ¡ja!, sólo van.
Siempre existen horizontes
para los inmortales
y aunque se precipiten soles
en la rutina tenaz
de los ocasos
la noche no consigue
alcanzar
su materia evanescente.
Sí,
yo fui inmortal,
lo recuerdo.
Sólo ocurre que perdí
la memoria oportuna
del momento preciso,
la circunstancia,
en que dejé de serlo.
Y ahora sí,
la oscuridad me tiende
su mano impaciente
y fría
cerrando todos los caminos.
¡Qué bueno, Rolando! Mencantó
ResponderEliminarSabes pituti? este poema, tiene algo importante que quiero destacar, la inmortalidad vista como una oportunidad de vida,un tiempo y espacio determinado, solo que "nos olvidamos" de cuán inmortales podemos ser, en cualquier tiempo y en cualquier espacio.
ResponderEliminarSaludos =)
Muchas gracias, Adri. Muy interesante tu conclusión, sí, sí. Me encanta cuando a partir de algo que escribo surge un punto de vista que me lleva al pensamiento.
ResponderEliminarAbrazos para ti.
¡Muchas gracias, Greis!
ResponderEliminarAbrazos.
Hermoso poema!!! "Cuando era inmortal caminaba" Tambien con esos zapatos que usabas de color negr de cuero y punteagudos ...que se ban a gastar ja! Como inmortales seran los encuentros junto a Javier, Liliana, Julio, Joli, Rubén Vero..... tantos que eramos.
ResponderEliminarUn placer leer lo que escribis....
Alicia
¡Qué linda sorpresa me he llevado!
ResponderEliminar¿Cómo estás, Alicia? ¿Y todos los viejos amigos? Ja jajjajajaa, tantos recuerdos...
¡Claro que esos días serán siempre inmortales en nuestra memoria! Deciles que los extraño y recuerdo siempre. Ya tendremos la oportunidad de reencontrarnos por allá.
Un abrazo enorme para vos y todos ellos.