Clara y Pedro habían
encontrado su lugar. No tenían mucho, pero era suficiente para sentir que la
vida les ofrecía una oportunidad, la que vinieron a buscar a ese apartado pueblito
de Misiones. Los dos pequeños, Martín –de
cuatro años- y Clarisa, de apenas siete meses, eran los dos motivos
principales de la alegría que llenaba los rincones de la casa.
La vida era buena en la chacra que habían levantado con sus propias manos, pidiéndole prestado a la
selva generosa un pedacito de suelo. El pan casero que por las mañanas ella
cocinaba en el horno de barro que construyeron en el patio de tierra colorada sabía
a gloria, como el mate cocido y la leche recién ordeñada.
Y el verde de la
selva.
Y el sol pintando los
colores.
Y la lluvia refrescante del
verano.
Y el saludo siempre amable
del vecino.
Y la música sutil de la
naturaleza avasallante.
Y el humito azul de la
leña ardiendo en el invierno.
Era buena la vida más allá de las fronteras de la
desconfianza, el apuro, la indiferencia, el engaño y la hipocresía.
Un jinete vino por la noche desde el cielo montado en la
tormenta. Luces y voces extrañas bajaron de las nubes, y el mundo entero giró
enloquecido con el viento que destruyó las esperanzas. El oscuro jinete de la noche
se llevó a la niña, y Clara quedó abrazando el vacío. El vacío total que no
llenarán las lágrimas de todas las madres de todos los tiempos.
Vendrán nuevas lluvias y la selva volverá a cubrir la
tierra color sangre.
Basado en un hecho real
Qué impactante este relato Pituti... ;)
ResponderEliminarAunque parezca increíble, eso fue lo que pasó: un tornado arrasó un pequeño pueblito de la provincia de Misiones y arrancó el bebé de los brazos de su madre. Traté de reflejar algo de esta terrible y conmovedora historia.
ResponderEliminarhttp://www.mdzol.com/mdz/nota/158242-tornado-en-misiones-a-una-mujer-el-vientolearranco-el-bebe-de-sus-brazos/
Muchas gracias Adri por leer y comentar.
Un beso.
Oh, pero que terrible historia...Felicidades por tu trabajo!
ResponderEliminarSaludos =)
Un modo de decir, de dar color y de traspolar dulzura y drama, como solo vos sabes hcerlo. Encuentro exelente tu cuento. Tiene todo. Te dejo un gran abrazo Rolando. Realmente superior.
ResponderEliminar¡Qué relato fuerte, Rolando! Me dejó angustiada porque sé que tiene visos de realidad.
ResponderEliminarMuchas gracias, Adri. Terrible e increíble historia, así es.
ResponderEliminarAbrazotes.
Muchas gracias, Marcelo. Otro gran abrazo para vos.
ResponderEliminarEs imposible imaginar realmente el dolor de esa madre, Greis. Lamentablemente eso tan extraño y penoso ocurrió de verdad, sí.
ResponderEliminarUn beso y muchas gracias.