SOBRE BUENOS AIRES UN SÁBADO MÁS.
Jorge Umberto Malpeli
El ómnibus
detenido en un hotel de Retiro espera a
treinta mujeres españolas que
llegaron a Buenos Aires para participar del IIº Congreso por los Derechos Cívicos de la Mujer. Habían
contratado para esa tarde de sábado,
una visita guiada a la bóveda del Cementerio de la Recoleta
dónde descansan los restos de María Eva
Duarte.
Ubicadas las damas en sus respectivos asientos, la guía tomo el micrófono y dijo:
-Hola Buenas tardes. Les doy la bienvenida a Buenos Aires. Yo soy
Nancy , el es Mario y las voy a
acompañar al Cementerio de la Recoleta para ver la Bóveda 42 de Evita, como la
llamamos los argentinos y el mundo.
Entonces el bus se llena de tango. Por sobre los
acordes del bandoneón que perteneció al Gordo Troilo, y que los hace el mismo Piazzolla, se escucha
la voz de Eladia:
ARGENTINA -
BUENOS AIRES
“Me sucedo en su sangre,
lo adivino.
Y presiento en mi voz, su
propio eco.
Esta voz que una vez, me
sonó a hueco
Cuando le dije; Adiós “Nonino.”
El ómnibus tomó hacia el centro y dobló por Balcarce .
-Esta es la Plaza de Mayo y a la derecha la Casa Rosada
- dijo la guía.
-¡Ese es el balcón de
Evita! -exclamó una pasajera y con
preciosa voz y buen acento español
comenzó a cantar:
“No llores por mi
Argentina,
mi alma está contigo.
Mi vida entera te la
dedico
no te alejes, te necesito...”
A Evita la vi en el año 47
en la Plaza Oriente de Madrid -dijo una
mujer mayor -y agregó -siempre recuerdo cuando le contestó a la
señora del caudillo “su marido no es un gobernante por los votos del Pueblo
sino por imposición de una victoria”
Solo se animó a romper el
silencio una de las señoras al preguntar mirando la Plaza de Mayo vacía -¿Y las Madres? -Los jueves -respondió
Nancy, -pero no se olviden que ahora
vivimos en democracia...ya casi no vienen...
-¡Pues si,
que esas mujeres tenían coraje ...y otra cosa! -exclamó la española.
El bus dobló por la
calle México. -Esa era la Biblioteca Nacional
-señaló la guía -Jorge Luis
Borges fue su director durante muchos
años y precisamente allí escribió su poema “Dones,” cuando resignado
se dio cuenta que se estaba quedando ciego...
Nancy tenía sus ojos
azules abrillantados cuando en un susurro,
casi para sí, recitó;
“Nadie rebaje a lágrima o
reproche
esta declaración de la
maestría
de Dios, que con magnífica
ironía
me dio a la vez los libros
y la noche.”
“De esta ciudad de libros
hizo dueños
a unos ojos sin luz, que
sólo pueden
leer en las bibliotecas de
los sueños
los insensatos párrafos
que ceden
las albas en su afán. En
vano el día
les prodiga sus libros
infinitos,
arduos como los arduos
manuscritos,
que perecieron en
Alejandría”.
Recorrió el bus
la calle Junín hasta detenerse
en el 1760. -Bien, aquí estamos
señoras, en el cementerio de la
Recoleta. Construido sobre tierras
donadas por Juan de Garay, segundo
fundador de la ciudad de Buenos Aires a Rodrigo Ortiz de Zárate. Luego se
instaló aquí el convento de los frailes recoletos... –Sí, descansen en Paz – le tradujo a una española que leía en
latín “Resquiescant in Pace” por encima de su hombro.
Cuando quiso retomar el
relato ya las mujeres entraban al cementerio.
Avanzaron por la calle
central sin detenerse ante el Cristo Redentor.
Algunas se persignaron.
Esta bóveda de enfrente pertenece a la familia
Roverano -dijo Nancy -allí
pueden ver la escultura que representa a un joven inmigrante, uno de los
tantos que poblaron Argentina.
-Parece un gallego, ¿Roverano era español ? preguntó una
señora. -No lo sé - dijo la guía -pero en Buenos Aires hay un pasaje llamado Roverano y está en la
Avenida de Mayo. Ese es un paseo que
les recomiendo hacer -agregó –caminar
por la más española de todas las
avenidas.
-Finalmente el féretro con
el cuerpo trashumante de Evita descansa
aquí, en Argentina -dijo Nancy -en la bóveda 42, que pertenece a su familia.
Permanecieron un instante
en absoluto silencio. Después algunas rezaron el Padre Nuestro y el Ave María
al mismo tiempo que colocaban flores rojas y amarillas y celestes y blancas.
Con sincera devoción cada una tocó con sus manos la imagen de
Evita, tal como lo hacen los peregrinos en Santiago de Compostela tocando la estatua del Santo.
Una
de las mujeres preguntó: - ¿Hay fantasmas en el cementerio?
-Sí
señora -respondió Nancy -pero
no por esta zona. ¿Vamos
saliendo?
Otra vez en el bus un tango de la gata Varela, que se
deja y no se deja, dice con su voz grave como un do de bandoneón ;
Ya da la noche a la cancel
su piel de ojera
Ya moja el aire su pincel
y hace con él la primavera
¿Pero qué?
si están tus cosas pero tú
no estás
porque eres algo para
todos, ya
como un desnudo de
vidriera...
¡Luche a tu lado, para ti,
por Dios y te perdí!
El bus enfila hacia el
bajo.
Dobla por Leandro N. Alem
hacia el hotel.
En un
paredón escrito con gruesas letras en tinta negra se lee: “Viva el Che”. Y con tinta roja, roja “Todo está guardado en la
memoria”.
Mientras el
último tango dice:
“Arranco la cinta del
último atado
y un aire pesado me anuncia humedad,
mientras a mi lado desfila
la gente
que asalta Corrientes un
sábado más.
Un sábado más, un sábado
más,
sobre Buenos Aires un
sábado más.
Un
sábado más, un sábado más
sobre Buenos Aires un sábado más.”
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“Adios Nonino” Tango. “ No llores por mi
Argentina”.
Música: Astor Piazzolla. Tim Rice – Andrew Lloyd Webber.
Letra: Eladia Blázquez.
“Dones”.
“Afiches” Tango .
Jorge Luis Borges. Música: Atilio
Stampone.
Letra: Homero Expósito.
“Un sábado más” Tango.
Música: Chico Novarro.
Letra; Chico Novarro.
Qué buena pintura, Jorge. Me alegro de que hayamos solucionado el tema técnico que no te dejaba postear :)
ResponderEliminarBuen recorrido de tango por los cien barrios porteños.
ResponderEliminarSaludos, Jorge.