Las respuestas afectuosas siempre serán razón y motivo de nuestras alegrías. Aunque cierta contravención parece existir, cuando alguien es llamado al retiro. En verdad, solo hay tres voces que pueden ser merecedoras del silencio: la voz de la poesía, la voz de la música y la voz del amor. Y no me creas tan poco cariñoso por esta forma de tregua; de hecho, eres testigo mudo, y mereces mi alianza. PERO, SI TÚ ME OBLIGAS A QUEDARME SIN TI… ¿NO TENGO DERECHO YO A DEJARTE SIN MI?
[A veces me concedo libertades. Y con ellas voy adonde quiero].
Muy buena reflexión, Marcelo. Muy buena :)
ResponderEliminarGracias Greis. Saludo a los amigos de V.C.
ResponderEliminarBien planteado. Nunca lo había pensado en esos términos.
ResponderEliminarBreve y contundente. Muy bueno, Marcelo.
Un abrazo y qué bueno que andes de nuevo por las calles de la villa.