Lo he intentado, sabes,
en vano quise
una y otra vez
vencer la insobornable
honestidad del aire
y el silencio.
Es que la distancia suele ser
no solo el arduo escollo
de la geografía y sus
fronteras.
Puede el pensamiento
vulnerarlas,
tomar la forma de un abrazo,
la textura sutil de la
caricia,
la humedad del beso,
el fuego del deseo…
Puede el pensamiento
soltar las ligaduras
de las convenciones
y las leyes de la física.
Pero puede también
sucumbir
al desaliento y la angustia
de una piel que grita
y que derrama
su anhelo insatisfecho.
Somos lo intangible
mas
la sangre no renuncia,
prisionera como es,
de un mandato
primitivo y superior
que alimenta el círculo
inagotable de la vida.
Acepto la derrota, sabes,
abro mis manos
liberando las tuyas.
Vete,
transita un camino
más allá de las sombras
y las lágrimas.
La noche descorre su velo
descubriendo los azules
y las crestas blancas
Que tu frente se eleve.
Que tus ojos se abran
y se colmen de colores.
En otras latitudes
con una sombra de tristeza
sonreiré
imaginando tu figura
y tus huellas que se pierden
menudas en la arena.
¡Qué lindo, Rolando! Me encantó el final :)
ResponderEliminarPara amar debes estar dispuesto a decir adiós... hermosa canción, que no conocía, y tu respuesta,
ResponderEliminarMuchas gracias, Greis. A ver cuando sacás la pluma del tintero, jajjajaja. No me dejen solo...
ResponderEliminarAsí es Javier. Eso no es fácil, pero como dices, hay que estar dispuesto a decirlo cuando es -o parece- la mejor salida.
ResponderEliminarMuchas gracias. Esperamos tus letras para enriquecer este espacio.
Un abrazo.
Hermoso poema pituti!!!!Como asi también el tango . Como haces para escribir tantas cosas lindas!!! Un abrazo en la distancia.
ResponderEliminarMuchas gracias, amiga de tantos años...
ResponderEliminarUn cariño grande para vos y todos los amigos de mi querida Resistencia.