Cuando vio por televisión al Sr. Juez (cuyo apellido comenzaba con Z) formulando esas declaraciones supo que el destino le proporcionaba el punto de inflexión a partir del cual todos sus problemas irían encontrando adecuada solución.
“Se puede tener una macetita en la casa”, dijo el Sr. Juez. A partir de allí comenzaría el cambio para Z. Toda la vida –gran parte de sus veintidós años- tuvo que arrastrar la mochila de tener que explicar el porqué de su nombre. Que mi viejo era admirador de Kafka y que mamá se oponía pero entonces papá le recordaba que ella había bautizado a mi hermana mayor sin ningún cuestionamiento y que como su apellido era Zorat por analogía mi nombre no sería K.como el personaje del libro sino Z.y que tuvo que recurrir a contactos en el Registro Civil para que le permitieran ponerme ese nombre y no tengo un segundo nombre entonces solamente soy Z. Zorat y ya me tienen podrido con sus preguntas.
Su ira surgía de no poder entender por qué lo detuvieron cinco veces por fumar hierba en la calle sin molestar a nadie. Cinco causas judiciales. Cinco horribles experiencias compartidas tras las rejas con verdaderos delincuentes. Esa bronca se aplacaba un poco al pensar en ese chico de dieciocho años detenido por una razón similar y que fuera violado en la comisaría por un reo encerrado en la misma celda sin que nadie interviniera. Al menos él no tuvo que pasar por algo tan repulsivo. Después lo repensaba y la ira se multiplicaba. Maldita sociedad enferma y anárquica.
Por suerte estaba el rock y el frenesí de los decibeles que ponían a prueba las mamposterías, y los dedos del violero desmintiendo su estructura ósea, y el batero escondido movilizado por fuerzas instintivas arrancando a los parches los sonidos de lejanas ascendencias africanas, y el fantástico bajo poniendo las cosas en su lugar respaldado por la autoridad que le confería su voz grave.
Y por supuesto, la hierba. Un amigo le pasó el dato. Compró una maceta y la plantó. La colocó en el balcón. Octavo piso, vista a la calle. Vivía solo y sus ocasionales invitados no pondrían reparos, todo lo contrario.
La regaba todos los días. Seguía al pie de la letra las instrucciones. La aireación de la maceta, la luz recibida, los fertilizantes adecuados…
Y la planta creció. Y siguió creciendo. Más y más. Se alimentaba del aire, del sol, del smog… Z. lo ignoraba por completo. La planta comenzó un desplazamiento hacia abajo, como si fuera una trepadora en busca de un basamento más sólido para comenzar con mayores bríos el movimiento ascendente. A los dos días había atravesado el sexto piso y su volumen era varias veces el inicial. Los vecinos vinieron a preguntarle. Z. les respondió que se trataba de una planta ornamental proveniente de Asia. Al quinto día llegaba a la vereda. La gente del edificio estaba contenta porque decía que vivía en la versión local de los Jardines de Babilonia y ahora era la envidia del barrio.
Cuando la planta devenida en enredadera comenzó a cubrir la vereda se encendió la alarma. Mientras tanto, Z. disfrutaba de la abundancia que tenía al alcance de la mano y la compartía con total generosidad.
El asunto derivó en un problema cuando la hierba cubrió las calles y las aceras en diez cuadras a la redonda. Su velocidad de crecimiento parecía acelerarse exponencialmente. Hubo denuncias, pero la policía argumentó que no podía intervenir sin orden judicial. Hecha la presentación, la justicia ordenó el procedimiento, pero éste arrojó la conclusión de que se trataba de un cultivo hecho para consumo personal, por lo tanto no se había producido ninguna transgresión a la legislación vigente.
La hierba no detuvo su avance. Alcanzó las plazas, las escuelas, los parques, jardines…todo lo que encontró a su paso. Cuando la ciudad entera amaneció cubierta con una alfombra verde de cinco centímetros de espesor se conformó una comisión vecinal con el propósito de ir a reclamar ante el Dr. Bigotes, Jefe de Ministros. El funcionario recibió al grupo y dio por espacio de veinte minutos una florida cátedra sobre los motivos de orden legal, político, físico, metafísico y esotérico por los cuales todo estaba bien, que era un invento de los medios y que no había nada que discutir ni ninguna razón para preocuparse.
Entonces —mientras la hierba continuaba su crecimiento descontrolado— los vecinos decidieron recurrir a la Cámara de Diputados. Tratamiento sobre tablas, encendidos discursos televisados hasta la madrugada en que, tras la votación, se aprobó la ponencia oficialista en un todo coincidente con las verdades expresadas anteriormente por el Dr. Bigotes. Resignada, la gente apagó los televisores y comenzó a prepararse para el éxodo.
Así fue que, buscando una escapatoria, llegué hasta aquí. Estoy en el faro del Palacio Barolo. No estoy solo. Z. me acompaña. Él me contó el comienzo de la historia. Envueltos en nubes de humo vemos como el verde avanza devorando Infierno, Purgatorio y Paraíso. Buenos Aires parece una inmensa llanura en la que los pisos superiores de algunos edificios asoman como barcos atrapados en el Mar de los Sargazos. Por suerte a los dos nos gusta cantar. Podremos incorporarnos a alguno de los nueve coros celestiales.
Notas
Las declaraciones del Sr. Juez son reales.
Palacio Barolo: emblemático edificio de la ciudad de Buenos aires. Pego aquí un fragmento de Wikipedia:
"El edificio está lleno de analogías y referencias a la Divina Comedia, motivadas por la admiración que su creador profesaba por Alighieri. La división general del Palacio sigue la estructura de la Divina Comedia, es así que el Palacio tiene tres partes, al igual que la obra de Dante: Infierno, Purgatorio yCielo (el faro representa al Empíreo). Además, la división estructural sigue en todo una correspondencia exacta y el Faro representa a los "Nueve Coros Angelicales". Uno de los planes de Barolo y Palanti era trasladar los restos de Dante al edificio, que funcionaría como mausoleo del gran poeta".
Es un texto raro... ¿una analogía de como la droga cubre la ciudad o simplemente la fantasía de una planta descontrolada? Qui lo sa! =)
ResponderEliminarTe dejo una ayudita, Greis:
ResponderEliminarhttp://archivo.lavoz.com.ar/09/08/30/Zaffaroni-puede-tener-porro-o-macetita.html
Esa nota es del año 2009.