Hace años que el mío cruzó el charco, pero aún siento su presencia cuando necesito apoyo, cuando estoy triste, cuando me siento sola.
Es difícil decir algo original sobre "el padre", a esta altura de la historia de la humanidad demasiada agua ha corrido como para ser novedosa.
Y sin embargo, sigue siendo màs difícil encontrar palabras para describir el cariño, el ejemplo, los valores... cada ladrillo de mi personalidad lleva el sello de mi padre.
Por eso, para los están de este lado y para los que estàn del otro...
¡FELIZ DÍA!
El mío también está en la otra orilla, y ahora siguen otras generaciones sembrando futuro desde aquellos árboles generosos.
ResponderEliminarPrecioso homenaje, Greis.
Abrazos.