Belgrano fue un gran héroe.
Sin superpoderes como Superman, sin superfortuna como Batman o Ironman, sin siquiera tener estudios militares como San Martin, se subiò al caballo y se puso al frente de un ejército para liberar a su Patria.
Se cargó al hombro la tarea de combatir a un ejército profesional como el español, una de las grandes potencias de su época. Pasó frío y hambre. Sufrió derrotas y vio morir a su gente.
Y sin embargo, siguió adelante y nos dio el regalo más maravilloso que una Nación recién nacida puede recibir: una bandera que la envuelva y abrigue bajo los mismos colores a todos los que la habitan.
¡SALVE BELGRANO! ¡SALVE ARGENTINA!
Llego tarde, pero Belgrano merece nuestro permanente reconocimiento, no solo como creador de la bandera, sino por ser tal vez quien fundó las bases para lo que alguna vez sería nuestra república. Un gran patriota que a diferencia de la mayoría, terminó su vida en la pobreza luego de haber dado todo por la Patria.
ResponderEliminar¡Cuánta falta hace su ejemplo en nuestros días!
Un abrazo, Greis.