No tengo miel ni rosas,
ni palabras
envueltas en brillante
papel para regalo.
Nada tengo
ni la pluma,
ni las alas del poeta.
No alcanzo a ver el mar
que moja tus pies en el estío;
y el paisaje de tu pueblo,
las calles que gastan tu rutina,
reflejan en mis ojos
solo un punto
y un nombre pequeñito.
Nada tengo
ni la cobardía —o
el valor—
de inventar promesas
y robarte sueños.
Nada tengo,
salvo una verdad encarcelada,
que alguna vez
liberaste con tu abrazo.
¡Qué bello poema, Rolando! ¿Para cuándo el libro?
ResponderEliminarMuchas gracias, Greis. Tal vez algún día... No lo había pensado, jajjaja.
ResponderEliminarCambiando de tema: Jorge Malpelli está intentando publicar algo y no consigue entrar.¿Será algún problema del blog?
Ya está solucionado :)
ResponderEliminarYo tampoco tengo palabras para resumir lo mucho que me gusto.
ResponderEliminarSoy Alicia de Resistencia.Un abrazo en la distancia Pituti.
Muchas gracias, Alicia.
ResponderEliminar¡Qué gusto encontrarte por aquí!
Un abrazo grandote para vos.