No es agua.
Es el árbol del tiempo
que gotea sus hojas
recordándome el otoño
que confunde y distorsiona.
Difuso el paisaje
de una ciudad desierta
de pronto se diluye
en otro,
lejano y diferente.
“…para siempre”.
Y las manos entrelazadas.
Y la llovizna de un invierno
que era primavera en el árbol verde.
Otras voces.
Otros perfumes
que se cubren de hojas amarillas.
Me gusto mucho este poema, Rolando. El 24 de agosto Vorterix esta promocionando una "liberacion" de poemas para conmemorar el nacimiento de Borges. Me autorizas a imprimir este y dejarlo en algun parabrisas?
ResponderEliminar¡Hola Greis!
ResponderEliminarClaro, amiga. Será un honor estar de alguna manera en ese evento.
Un beso.
Lo dejé en 4 los parabrisas de 4 autos :)
ResponderEliminar¡Qué bueno! Han tenido una bonita idea.
ResponderEliminarUn abrazo, Greis