2 de abril.
Soy de la generación que fue a las islas, si hubiera sido varón no sé qué habría pasado conmigo.
No recuerdo qué hacía ese día de 1982. Pero sí me acuerdo del 1 de mayo. Ibamos a ir a comer un asado a la casa de mi tío Luis y cuando me levanto veo a mi papá llorando frente al televisor, abrazado a mi mamá.
- Están combatiendo en Malvinas - me dijo.
Hasta ese momento todo había sido patriotismo, qué bueno, recuperamos la hermanita perdida, los ingleses no van a venir porque les queda lejos, sólo están amenazando con que van a mandar barcos, no pueden reabastecerse a tanta distancia, no tienen forma de sostener una guerra con nosotros...
Están combatiendo en Malvinas. Y nuestros chicos están muriendo. Solos. Con hambre. Con frío. Contra tropas profesionales equipadas con una tecnología que no podemos pagar.
Malditos sean los que los mandaron a la muerte para permanecer en el poder.
Ojalá se pudran todos en el infierno de los cobardes.
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