“Puedes atraparme, le dijo el viento,
y él le creyó.
“Anidaré entre tus dedos”, le dijo el agua,
y él le creyó.
“Detendré mi paso para ti”, le dijo el
tiempo,
y él le creyó.
“No te quemaré”, le dijo el fuego,
y él le creyó.
“Soy luz”, dijo la sombra,
y él le creyó.
“…”, le dijo ella,
y él le creyó
Qué lindo, Rolando! Tan simple y tan bello... :)
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Greis!
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