viernes, 27 de septiembre de 2013

Leyenda del tesoro guardado en un cofre sin cerradura



         En un lejano país hay una leyenda que dice:

       Dios envió la advertencia repetidas veces.
       Pero el Pueblo la ignoró.
       Decidió entonces aplicarle un severo castigo por su iniquidad: encerró un tesoro en un cofre sin cerradura, a la vista de todos, pero resolvió que Ellos (gobernantes, funcionarios, gremialistas, dirigentes y algunos otros, salvo unos pocos, muy pocos escogidos) perdieran absolutamente todo interés en abrirlo y recuperar así el tesoro, cuyo valor no se puede medir.
       Desde entonces —y hace tanto tiempo que nadie lo recuerda— periódicamente el Pueblo peregrina y deposita en un sobre su ruego por el perdón divino.
       Pero aún no llega el momento.
       Ellos (gobernantes, funcionarios, gremialistas, dirigentes y algunos otros, salvo unos pocos, muy pocos escogidos) no han recuperado el interés perdido. El Pueblo sufrido peregrina una y otra vez.
       Pero La Honestidad y Otras Virtudes Necesarias siguen allí: en el cofre sin cerradura.

4 comentarios:

  1. ¡Muchas gracias, Greis!
    Recordé este cuentito y lo traje ahora a propósito de estos tiempos que corren.
    Un abrazo.

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  2. Un gran relato, pude sobrevivir a tanta flor.

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  3. Muchas gracias, Natacha. Es cierto: las florecillas casi tapan el jardín, jajjaja.
    Por favor, Greis: dejá solamente el pastito...
    Abrazos.

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