Yo fui también antaño un columpiador de árboles, y muy a menudo sueño que volveré a serlo. Cuando me encuentro cansado, en medio de mis meditaciones, empiezo a ver el bosque sin caminos seguros. Mis ojos lagrimean, por causa de la brizna. Eso me obliga a alejarme un tiempo [para luego volver]. Que nunca quiera el destino comprendiéndome mal, otorgarme la mitad de lo que anhelo. Que nunca la vida me niegue el regreso a la tierra. Nada hay para el amor, como la tierra y el hogar que uno añora. Ignoro si existe algún sitio mejor, algún otro suelo. Más quisiera encaramarme sobre las ramas de un robusto abedul, y alcanzar el blanquecino tronco, lograr de este modo un poco el cielo. Volver sería un logro, regresar sería hermoso. Hay cosas peores en la vida que ser un columpiador de árboles. […Un objeto suspendido, inerte en el destino].
A la memoria de Robert Frost (1874-1963).
A la memoria de Robert Frost (1874-1963).
Qué gusto verte de nuevo por aquí, Marcelo. Este pueblo sigue esperando el regreso de los poetas y escritores y reserva hogares para otros que serán bienvenidos. Lo digo como uno más de sus habitantes, uno que va y vuelve muchas veces, como vos.
ResponderEliminarFantásticas letras de ese gran poeta nos trajiste como regalo, muy bien complementadas por esa bellísima canción.
Un abrazo grande. Estoy esperando publicaciones de otros compañeros antes de seguir subiendo algunas creaciones propias.
La verdad Rolando, que tus creaciones son muy buenas. Y gracias por tus palabras. Un abrazo grande. Y colguemos nomás! que sea este pueblo un espacio de bienvenida para los amigos de las palabras. Ya con tu presencia y tus aportes se ha enriquecido bastante más.
ResponderEliminarYa estas etiquetado :)
ResponderEliminarLuego de escribir el texto, arriba a la derecha tenes un cuadrito para poner las etiquetas.
Tambièn me tomè la libertad de ponerles un título, si no te gusta entrá a editar las entradas y sacàselo.
Me voy a dormir!
Un abrazo y bienvenido!